Capítulo 15

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Era un año nuevo, la semana de vacaciones en enero ya había terminado y era hora de volver a la preparatoria.

— Lacus te dejé la sopa en la cocina ¿Como es posible que te hayas enfermado?

— No lo sé, cierra la ventana que hace frío.

— Ya está cerrada.

— Pero aún tengo frío.

— Solo abrígate más — agarró más mantas y las puso en cima del cuerpo del peli morado.

— ¡Oye! Me estás ahogando, Mika no sabes cómo tratar a un enfermo.

— No exageres — acomodó las mantas cuidadosamente, llevó su mano a la frente del contrario.

— Ya vete — dijo apartando la — después me vas a culpar si llegas tarde.

— Si ya me voy que Akane me está esperando abajo.

Giro y caminó a la entrada del cuarto, estaba saliendo cuando vio a una cosa peluda pasar al lado de él.

— ¡Ah! — gritó — Lacus que es eso.

— No grites por dios, es mi gata.

Este felino salto a la cama y se hecho  con su amo.

— ¿Gato? ¿Desde cuándo tienes uno? Sabes que aquí está prohibido tener mascotas.

— Lo se, pero nadie se va a enterar que aquí vivo con Nieve.

— ¿Nieve?

— Si, es el nombre que le he puesto, solo mírala su pelaje es blanco como la nieve.

— Tu...como la obtuviste.

— Estaba abandonada en un callejón, me dio pena dejarla ahí así que me la traje.

Mika tenía más preguntas pero en ese momento no podía formularlas.

— Yo ya me tengo que ir, pero volveré en la tarde.

Salió de la habitación del peli morado y salió del departamento en si.

Abajo estaba la castaña esperándolo.

— Y cómo está Lacus.

— Está bien ¿Sabías que tenía un gato?

— Un gato — se sorprendió — pero aquí no se pueden criar animales.

— Lo se.

En el camino al colegio, hablaron sobre la gata de Lacus y en qué problema se metería si lo descubren.

Una vez que llegaron se separaron en la entrada.

Faltaba poco para empezar las clases, en la entrada no quedaban muchos alumnos.

El rubio avanzó y se cambió sus zapatos en su casillero, una vez terminado se hiba a dirigir a su clase pero vio a Yuu recién entrando.

Cuando intercambiaron miradas se saludaron, el azabache se acercó a paso lento.

— Recién llegas.

— Si...es que yo...me levanté tarde — estaba ordenando sus palabras.

Al azabache le entraban dudas ¿Debía decir algo mejor? ¿Como debía de seguir? Al no obtener respuestas inmediatas se ponía nervioso y ansioso.

— ¿Estás bien?

— Oh...si...si — ¿Lo estaba haciendo bien?

Con cada segundo que pasaba se ponía más nervioso, sentía que sus manos sudaban.

Omegaverse  YuuMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora