-Capítulo 14-

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Viernes, 25 de diciembre de 2020

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Las fechas navideñas han llegado. Unas fechas que a Mayra le fascinan, y no sólo por la luz y los colores que abundan por la calle, esta vez también ama esas fiestas porque se ha reunido con sus primos y tíos después de no verlos durante muchos años.

Su familia está compuesta por las siguientes personas: Michelle que junto al abuelo de Mayra tuvieron tres hijos, entre ellos la madre de la joven, que se llama Tania. Ella tiene dos hermanos, una mujer y un hombre. La mujer tuvo una familia feliz compuesta por su marido Francesc y sus dos hijos, Lionel y Marco, que son dos de los cuatro primos de Mayra. Ellos tienen doce y catorce años respectivamente. Luego está Hugo, el otro tío de Mayra, que se casó con Mateo. Los dos, al ser hombres, adoptaron a dos niñas, Emma y Olivia, que son mellizas. Tienen siete años. 

Hace apenas unos meses acordaron reunirse todos de nuevo para volver a ser como siempre han sido. Pero no va a ser lo mismo ya que ni el padre ni la madre de Mayra van acudir al reencuentro. Y Mayra prefiere que aquello no ocurra nunca. No quiere saber nada de ninguno de los dos. Su padre las abandonó y su madre no la quiso lo suficiente como para ser capaz de cuidarla.

Mayra se ha vestido con un vestido brillante que define a la perfección lo que siente ella al saber que es Navidad.

Ella y su familia han estado charlando y riendo durante toda la noche, pero Mayra no estaba muy bien ya que siente esa ausencia que aún le duele por muchos años que hayan pasado. Ahora, Mayra, sus primos, sus tíos y su abuela están yendo al restaurante de Leon, el padre de Clara, para tomar algo allí. Al llegar al lugar Michelle se acerca a Mayra.

-Está Clara allí. Ves a hablar con ella, nosotros nos quedamos aquí.

Y tras decirle eso, la mujer y el resto del grupo se sientan en unas sillas, saludan a Leon y piden sus bebidas. Mayra se acerca a la mesa en la que estaba sentada su amiga.

-¡Hola! ¿Qué tal?

Mayra se acerca a Clara para saludarla con dos besos y luego se sienta en la silla de enfrente.

-Bien, hemos tenido una cena en familia... Pero no es lo mismo. Todos mis primos tienen a sus padres con ellos y luego estoy yo, que me abandonaron y no los tengo aquí...

-Mayra... -Clara se levanta de la silla y se coloca enfrente de su amiga para darle un abrazo. Después, en vez de volver a su sitio se arrodilla enfrente de la joven y le agarra de las manos.- No necesitas a esas miserables personas para pasarlo bien en familia. Tienes a tu familia ahí esperando y no tienes que permitir que la ausencia de tus padres te impida divertirte.

-Pero ni siquiera sé dónde están. Lo único que sé es que mi padre se fue a formar otra familia con otra mujer, pero de mi madre... No sé nada...

-Ven aquí... -Clara vuelve a abrazar a Mayra y eso hace que la joven sienta un mínimo de apoyo, que es lo que necesita.- Lo único que te tiene que importar ahora mismo es el presente, no te enfoques en el pasado. -Clara mira a un punto situado atrás de Mayra y saluda con la mano. - Además, mira que primas más guapas que tienes. -Mayra se gira y ve que Emma y Olivia están mirándolas. Clara les hace un gesto para que se acerquen a ellas y las niñas obedecen.- ¿A qué vuestra prima es preciosa?

Emma, la más bajita de las dos, mira a Mayra y se da cuenta de que está llorando.

-¿Por qué lloras? Estamos en Navidad... Las Navidades son para que la gente esté feliz.

Las dos niñas le dan un cálido abrazo y luego, tras despedirse de las chicas, vuelven a sus sitios.

-No estés así, ¿vale?

Y por último, Clara le vuelve a dar otro abrazo para acabar de tranquilizar a Mayra. Mientras que Clara está abrazando a su amiga, Mayra se fija en una mesa en particular. Una mesa que tiene dos sillas, las dos ocupadas. La chica sube un poco la mirada y ve que la persona de la derecha va vestida con unos pantalones vaqueros azules y la de la izquierda está vestida con unos pantalones marrones. Al subir un poco más la mirada descubre que una de las personas lleva una camiseta blanca tapada bajo una chaqueta negra y la otra lleva una camiseta azul parcialmente tapada por una camisa de cuadros. Subiendo la mirada va descubriendo los primeros mechones de pelo. Castaños y rubios.

-Clara, vámonos de aquí. -Mayra separa a su amiga de su cuerpo y la agarra de los hombros.- Salgamos de aquí, por favor.

-Pero...

-Vamos...

Mayra se levanta y coge del brazo a su amiga, la cual aún seguía sin entender lo que estaba ocurriendo. Las dos chicas se acercan a la familia de Mayra, que estaban hablando tranquilamente con Leon, y Mayra avisa tanto a su abuela como al padre de Clara de que van a irse de allí. Al estar ya fuera Mayra empieza a caminar rápidamente para irse lo más lejos que puede. Clara, al no soportar tanta tensión, decide pararle los pies a Mayra para intentar entender algo.

-¿Me puedes decir qué ha pasado?

-Estaban Ian y Álex allí, sentados en una mesa...

-¿Qué? ¿Y por eso has salido corriendo? Mayra, pensaba que había pasado algo más grave... No me puedes dar estos sustos sin decirme nada.

-Perdóname, pero es que no estoy preparada ni para mirarlo a los ojos.

-¿Desde qué pasó lo de la primera fiesta no has hablado nada con él?

-No, ¿vale? No estoy preparada. Primero necesito que mi mente se aclare un poco y que mi corazón se prepare para otro golpe...

-May, solamente estaba hablando con la chica...

-No Clara, no solo estaban hablando...

-Pero si estaban...

-¡No opines de algo que no has visto con tus propios ojos! Lo vi todo. Vi como ella le tocaba suavemente el abdomen, vi como él le sonreía, vi la maldad de Megan en los ojos, vi como Ian se lo pasaba bien, vi el tonteo evidente, los vi hablando tranquilamente en la plaza... Nunca sabré si han llegado a hacer algo más que eso porque Ian se va de aquí en menos de un año y yo para intentar arreglar toda esta mierda tengo que prepararme mental y sentimentalmente, quedar con él de alguna forma que aún no sé, explicarle todo y esperar a que él me diga que está saliendo con Megan y que no quiere tener nada conmigo. ¿Y sabes qué es lo peor de todo esto? Que él no se va a dar cuenta de que nadie le va a querer como lo hago yo, porque aún después de haber visto todo aquello mi corazón sigue latiendo igual de fuerte que la primera vez que lo vi bajo la lluvia, con toda la ropa pegada a su perfecto cuerpo. Y tampoco se va a dar cuenta de que en este mundo hay gente muy cruel que solamente te quiere para ciertas cosas, y créeme, sé de lo que hablo. Así que no me digas que solamente estaban hablando.

El rostro de Mayra se ha llenado de lágrimas. Llevaba acumulando todo aquello durante mucho tiempo y al final lo ha tenido que soltar.

-Perdón Mayra... No sabía nada de eso...

Clara vuelve a abrazar a su amiga, esta vez de una manera más sincera y llena de arrepentimiento y culpa.

-Tranquila, tenía que desahogarme antes o después...

-Creo que es mejor que vayas a casa a descansar un rato. No te preocupes por tu familia, yo me ocupo de contarles que te has ido a dormir a casa.

Las dos chicas empiezan a caminar hasta sus respectivos destinos, una al restaurante y la otra a casa.

Mayra no sabe cuándo hablará con Ian, pero lo que sí sabe es que algún día tendrá que hacerlo. Ahora mismo lo que llena su corazón es una mezcla de incertidumbre, dolor, tristeza y rabia. Algo que explotará un lunes de enero.

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