Tramposo mágico DXD

Capítulo 36: Amigable y Coqueta

Faltaban dos días para el Acto de Teatro planeado, y mi mente estaba llena de un par de temas no desdeñables que llegaron hace bastante poco.

Comenzando con mi pseudo-responsabilidad de cuidar tanto a Mio como a Maria durante sus estudios aquí en la Academia Kuoh que Baraqiel me dio para manejar. No era exactamente una misión, pero se esperaba que vigilara de cerca su stand aquí en la escuela ya que su familia ahora estaba unida a Grigori. No tuve ningún problema con eso, pero... Pronto descubrí que mientras Mio estaba haciendo un buen trabajo manteniéndose tan "promedio" como una joven con una belleza incuestionable en una escuela privada como esta, su hermana estaba , como era de esperar, el epicentro de algunos temas.

Pervertida por su naturaleza, y con el instinto agudizado por la pubertad, María no dudó en causar líos rápidamente en la escuela. Fue atrapada una vez mientras miraba el vestuario de los chicos por algunos de los miembros del Consejo Estudiantil que patrullaban. Justo un día después de estar inscrito. Fue reprendida bastante tentativamente debido a su parentesco, pero sin embargo se le dio suficiente severidad para hacer que cualquier estudiante normal dejara de considerar causar problemas.

Por supuesto, eso no era algo que funcionara con alguien tan terco como el Súcubo. La segunda vez que la atraparon, en realidad la vio lamentarse de que era 'inútil' evitar que 'se comportara como su naturaleza quería' debido a su padre. Eso provocó un intercambio bastante poco halagador en la sala del Consejo Estudiantil, principalmente con Sona para mi sorpresa, y me apartaron de las clases para manejar este asunto por mí mismo. Entré en esa habitación, parcialmente desorientado sobre la gravedad de la situación, y bastante preocupado por lo que me esperaba dentro.

Sona ni siquiera me dio la oportunidad de decir nada de que ya estaba saliendo de la habitación después de solo asentir. Y conociendo a la chica, sabía que esta no era una buena situación. Me volví para mirar al único ocupante más allá de mí en esa habitación y la encontré sonriendo. María era... alguien con quien realmente no quería estar demasiado cerca por, bueno, buenas razones. Tuve mi parte de problemas románticos, que eran más dóciles en comparación con lo que hubiera esperado, pero dudaba que cualquier cosa que saliera de ella más allá de la amistad fuera a ser buena para alguien como yo. O cualquiera que fuera un adulto en general.

La miré, asentí. "María-san".

Ella se rió, inclinando la cabeza hacia la izquierda. "Senpai, puedes llamarme 'Maria-chan'. No somos extraños".

...

No le respondí, simplemente rodeé la mesa y me senté junto a la silla frente a ella. La peli plateada parecía confundida por la falta de palabras, incluso perpleja, pero aun así no dejaba de lado el humor divertido en el que se encontraba. Tristemente para ella, yo no estaba de humor para bromas y sabía lo que decir para finalmente lograr que se comprometa con un enfoque más tranquilo para la escuela. Justo cuando me senté, miré los documentos que Sona me había dejado para leer. Era algo que había decidido dejar sobre el comportamiento de la niña durante las clases y lo que pasó con ella durante los dos casos que la vieron atrapada en las malas acciones. María observó mientras abría con cuidado el dossier e incluso comencé a leer en silencio los papeles que había allí. Dentro de él, surgió una idea ya que solo podía sonreír ante la única razón posible sobre algunos '

"Escuché un par de cosas desagradables de las que has sido responsable en los últimos días, Maria-san. ¿Te importaría explicar eso?" Pregunté con calma, dándole una sonrisa paciente mientras se preparaba para responder.

La chica se rió. "Solo estaba comprobando la vista celestial", respondió descaradamente. "Pero luego vinieron unas mujeres aburridas y me sacaron de la mejor escena que pude encontrar en esta escuela".