Tramposo mágico DXD

Omake 2: El ángel curioso

Algo estaba mal en su gran familia feliz. Y no fue solo ese idiota gruñón que es Kokabiel.

Azazel podía sentirlo. Como un sentido interior que se convirtió en parte de él cuando fundó Grigori por primera vez.

Su organización fue su principal proyecto. El símbolo de su éxito a pesar de haber sido despojado de su puesto celestial de manos de Dios mismo.

Si bien él era la causa principal de numerosas travesuras en su pequeño paraíso, había algo dentro del extraño bullicio y susurro de sus subordinados que hizo que este simple día fuera bastante... confuso.

Todavía tenía que hacer nada. Y nadie le había informado sobre problemas con los Cuadros.

Con Baraqiel en Kuoh y Shemhazai enterrado en algún lugar de la sala de trámites, el Gobernador General no tenía ni idea de por qué muchos de sus secuaces le lanzaban miradas divertidas y sonrisas.

Y no era el tipo de diversión jovial, la que él podría haber ignorado gratamente. Fue diversión lo que 'vino' de él. Como si estuviera usando algo gracioso o alguien hubiera hecho algo con su cabello mientras él había ido a tomar una siesta.

Después de perder una o dos horas frente al espejo de su habitación para ver si algún idiota le había hecho una broma, Azazel confirmó que no era algo sobre él mismo.

No, tenía que venir de otra parte. Por algo que todavía debería avergonzarlo por la forma en que incluso los reclutas generalmente débiles tenían problemas para contener las risas mientras él deambulaba por la sede.

Su ritmo aumentó y su cerebro zumbaba incesantemente mientras intentaba y fracasaba miserablemente en comprender qué estaba pasando con el estado de ánimo de su organización.

Alguien, en algún lugar, y por alguna razón hizo algo que me va a enojar.

Tenía que ser así. No había otra forma de poner a la gente en este tipo de estado.

Ahora caminaba con fuerza mientras trataba de apoderarse de uno de los cuadros. Sabía que al menos uno de ellos sabría lo que estaba pasando.

Después de que pasaron veinte minutos en esa tensa búsqueda, Azazel finalmente vio a Sahariel moviéndose de una manera bastante sospechosa.

Ponerse al día con el hombre que vestía esa bata de laboratorio andrajosa y gafas gruesas resultó ser fácil con el Gobernador General literalmente corriendo tras él.

El Investigador de la Luna lo miraba con breve alegría, algo que compartía con el resto de ocupantes del edificio.

"G-Gobernador general. No esperaba verte-"

"Sahariel, realmente no estoy de humor para las cortesías. ¿Qué está pasando con el resto de la gente en la sede?"

El científico se tensó un poco ante el tono irritado en la voz de su jefe, pero aún parecía disuadido de ofrecer una respuesta completa.

"Es ... creo que es una reacción a un regalo que Hekishoku nos ha enviado. Más bien, era un mensaje que contenía las formas de descargarlo, pero-"

"¿Qué tipo de 'regalo', Sahariel?"

¿Se estaba volviendo ágil? Tal vez debería haber tomado esa taza de café esa misma mañana.

"Es solo un juego. Nada, nada de qué preocuparse"

"¿Dónde?" Estaba molesto por la falta de preguntas y el investigador le dijo que buscara a Armaros.

Dejando ir al hombre que llevaba gafas, Azazel ahora tenía un destino adecuado del que obtener algunas respuestas directas.