Capítulo 23.

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¿Por qué tienen que existir estos malditos estereotipos? Estoy cansada de que cada vez que paso frente a un grupo de personas estén esos constantes murmullos, sé que hablan de mí, pero no pueden decirmelo en mi cara; me molesta tanto. 

Respecto a mí misma... Mi vida no ha mejorado mucho en estas últimas semanas, excepto por una sola cosa...¡veré a Jaqueline! No hay nada que me emocione más que esto. Aún no puedo creerlo, ambas estamos muy contentas por esto, creo que jamás había estado tan feliz desde que los problemas comenzaron, solo quiero estar junto a ella. Serán 2 días nada más, pero trataré de aprovecharlos al máximo, ¡aún no lo puedo creer! 

He estado tan contenta que incluso he estado comiendo y no he querido vomitar, quiero asegurarme de estar bien -y viva- para verla, jamás había sentido esta emoción de querer ver a alguien y nunca pensé que llegara a pasarme con una chica... Y respecto a este tema, me parece algo tonto que tengamos que ponernos etiquetas sobre lo que nos gusta, que si somos homosexuales, heterosexuales, bisexuales, trans, ¡qué importa! quiero sentirme y que nos sintamos libres de decidir con quien estar sin tener que recibir etiquetas. Hoy puede gustarme una chica y quizá dentro de un par de meses me guste un chico, si me siento bien junto a él o ella, no debería importarme lo que la gente diga. El problema está en que algunos siguen lo que la sociedad dice, sigue modas, personas sin identidad propia. Y es aquí en donde me "identifico", no respecto a seguir modas de ser homosexual, bisexual o hetero, sino en no tener mi identidad propia... he estado permitiendo que la gente me etiquete como quieren; por desgracia, sigo viéndome gorda, como que aún no consigo el cuerpo que deseo y lo que más me molesta es que mis ganas de querer ser "bonita" comenzaron por los comentarios hirientes de los demás, sus críticas me hicieron cambiar mi manera de ver las cosas, por más que quería ignorarlos, al final lograron meterse en mi mente y dominarme... mis pensamientos, esos que no me dejan dormir en las noches, los que hacen que sufra de pesadillas, de largas noches sin lograr conciliar el sueño, los que me hacen imaginarme triunfando y siendo feliz sólo con un cuerpo "ideal", estos pensamientos me están hartando, no los quiero más; desearía poder convertir esa negatividad en cosas positivas, halagarme  a mí misma, verme capaz de lograr lo que quiero tal a como soy, pero pareciera imposible. 

Y es así como paso la mayor parte del tiempo, estancada en varios "ojalá pudiera...." "quisiera que..." "si no fuera como soy..." "si pudiera...." y concluyendo con puros "es imposible para mí" que mi propia mente me plantea y no sé como eliminar. Trato de mejorar mis pensamientos recordando que en menos de 2 semanas estaría junto a Jaqueline o incluso recordando los mensajes positivos que me deja para hacerme sonreír, pero también me doy cuenta que estoy demasiado enamorada de ella, que estoy -aunque no quiera admitirlo- dependiendo de ella, y no, no es tan bueno... si las cosas llegaran a terminar, ¿qué sería de mí? suena tipo película dramática adolescente pero en verdad siento que sin ella yo no sabría qué hacer. Sé que algún día se cansará de mí y yo tendré que aceptarlo, pero me conozco, sé que no podré dejar que las cosas terminen así y seguir bien, no podré seguir adelante y empezar de nuevo. Ojalá ella se sintiera así de enamorada de mí, así no tendríamos que llegar a un fin. Ella es valiente, mucho más que yo, sabe cómo superar las cosas y yo soy demasiado débil... quizá hasta sea una piedra de tropiezo en su vida. 

Fuera de mi "vida amorosa", la familia no ha estado tan mal... a excepción de mi madre, de quien no he recibido ni una llamada desde la última vez, quizá esté muy ocupada haciendo cosas productivas, prefiero que esté así a que esté desperdiciando tiempo deprimida o algo así. Mi papá y su familia nueva me agrada cada día más, a veces me siento a platicar con ellos y me hace bien dejar de pensar por unos momentos en mis problemas. El problema es que no sé si estoy mejor tratando de escapar de mi realidad que pensando en ella, me hace sentir débil saber que tengo que dejar de pensar en lo que me hiere para poder sentirme "bien"-o más bien, mejor- en vez de enfrentarlos y superarlos, pero de igual manera no soy lo suficientemente valiente para hacerlo. Estoy confundida, no me conozco, quizás sea normal en la etapa por la que estoy atravesando pero veo a un sinnúmero de chicas disfrutar la vida sin preocuparse o teniendo todo lo que uno desea. ¿Cuándo va a pasarme esto a mí? y, ¿cómo es que permití que en poco tiempo toda mi aparente felicidad se derrumbara? 

Todos estos pensamientos fueron interrumpidos en cuando mi padre entró a la habitación para hablar conmigo porque me iría de la ciudad por unos días, en los cuales no sólo vería a Jaqueline, sino también a mi madre. 

-¿Estás ansiosa?.-dijo mi padre acercándose lentamente mientras se sentaba en mi cama.

-Eso creo, hace mucho no veo a mi madre y no sé qué esperar, ojalá esté bien.-le respondí.

-Ella no te ha llamado y no sabe que irás, ¿segura quieres ir? 

-Claro, quiero verla.-dije sonriendo.-¿Puedo contarte algo?.-Dije nerviosa, estaba a punto de comentarle sobre Jaqueline y lo que siento por ella.

-Por supuesto, quiero que me cuentes lo que te pasa.-Dijo poniendo su mano en mi hombro como para transmitir confianza. 

-Resulta que una de mis amigas de infancia se mudó, ahora vive cerca de donde está viviendo mi mamá actualmente y me preguntaba si podía pasar por ahí y quedarme 2 días, claro, si no te molesta.-Me arrepentí, no pude decirle la verdad.

-¿Qué amiga? ¿Por qué no me lo habías dicho antes?

-Eh, se llama Jaqueline, creo que no la recuerdas pero solíamos ser muy unidas; no te lo dije porque aún no estaba segura si podía ir pero ella habló con su familia y no hay problema con que me quede ahí.-Dije un poco nerviosa.

-Tengo que hablar con ellos, sabes que no puedo dejarte ir así por así a un lugar desconocido y menos para que duermas ahí.

-¿Si hablas con ellos me darás permiso?

-Veremos.-Sonrió.

Esa sonrisa me dio esperanzas, me hizo sentir que diría que sí. Luego se levantó de la cama y bajó las escaleras. 

                                             **


Rápidamente pasaron los días, mi padre y la familia de Jaqueline ya habían hablado y mi papá accedió a dejarme quedar ahí, estaba de lo más contenta, ambas lo estábamos. Finalmente llegó el día, me levanté temprano, exactamente a las 4:38AM para alistarme y tomar el autobús  a las 6:00AM. Mi padre me llevó a la estación y se despidió de mí. 

Ahí estaba, sentada en el autobús en el cual estaría 8 horas ansiosa por llegar, mientras esperaba que el conductor empezara a manejar, pensaba en los mensajes con ella, en esos "ojalá pudiera verte", "ojalá estuvieras acá", "ojalá te tuviera cerca", entre otros mensajes llenos de esperanza y tristeza a la vez, finalmente eliminaríamos esos ojalá, estaba a punto de verla, a punto de tenerla finalmente cerca y poder escucharla reír, verla sonreír y saber que es por mí, por fin yo estaré sonriendo verdaderamente llena de felicidad e inmensa dicha tan sólo por una persona, una que llegó a mi vida justo cuando más la necesitaba, por ella, por Jaqueline. 

                    

Atrapada en mis propios pensamientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora