Capítulo 1

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Andrea Bravo

Iba pedaleando a mi instituto lo más rápido que podía, llegaba tarde de nuevo.
Mire mi reloj rápidamente, eran las 8:25 mierda aceleré lo máximo que pude, mañana tendría agujetas seguro después de esto.

No sé cómo lo hice pero se veía el recinto ya cerca solo tenia que acelerar un poco más y llegaría a tiempo.

Justo cuando estaba a punto de llegar tenia que pasar una calle y no me fijé hasta q un coche freno quedando a milímetros de mi y yo perdí el control de mi bici y caí al suelo. Un hombre de unos 40 años bajo del coche algo preocupado y se acercó a mí.

—¿Estas bien? Lo siento—

—Si, no pasa nada fue mi culpa—

Mire mi reloj 8:30 mierda, ya llegaba tarde de nuevo, mi profesor de mates no me lo iba a perdonar. Me levanté y subí de nuevo a mi bici pedaleando como loca hasta llegar, la encadenar y entre por la puerta

—¿Otra vez tarde Bravo?— pregunto la secretaria sin mirarme mientras leía una de sus revistas

—Perdón...—

—Corre antes de que sea peor—

Hice lo que me dijo y corrí a mi clase, toque la puerta antes de entrar y mi profesor de Matemáticas se me quedó mirando.

—Buenos días...— sonreí nerviosa

—¿Otra vez Andrea?  Ya es la sexta vez que llegas tarde a mis clases y solo llevamos 1 semana de clase.— dijo hecho una furia

—Perdón... Se me hizo tarde y...—

—No quiero tus excusas baratas Andrea, ¿Sabes el significado de la palabra puntualidad o también llegaste tarde el día que lo estaban explicando en el colegio?—

Se escucharon las risas de algunas personas de clase y yo solo agache la cabeza y en ese momento me di cuenta de que me había manchado y roto todo el pantalón al caerme de la bici mierda otra vez.

Entra y siéntate...— me dijo ya cansado de repetir su discurso casi todos los días

Mire a las mesas y solo había una desocupada al final de la clase... Genial el mejor sitio para una miope, caminé hasta allí y me senté dejando caer mi mochila mientras el Sr. Gómez seguía con su clase por donde la dejó. Saque mis cosas y me puse mis gafas para conseguir ver qué escribía en la pizarra aunque no lo entendía para nada, ¡por qué las mates eran tan complicadas! . Seguí la clase y tome apuntes hasta el final de la hora, cuando el Sr. Gómez se fue y yo conseguí respirar aliviada.

A los pocos segundos se me acercó Raquel y Lilian dos chicas con las que me hablaba pero no consideraba mis amigas...

—Oye ¿Que te ha pasado? tienes el pantalón roto y manchado— pregunto Raquel.

Era una chica bajita con el pelo negro y rizado q contrastaba perfectamente con su pálida piel

—Amm... He tenido un accidente algo casual nada importante—

—Pues tu ropa no dice lo mismo— habló Lilian

Ella era alta con el pelo castaño claro y ondulado, ojos azules y una figura ideal. En otras palabras todo lo que un hombre quiere en su vida y ella lo sabía.

—Si, casi me atropellan esta mañana, por eso llegué tarde pero no pasa nada estoy bien—

—Si tú lo dices...— se encogió de hombros Raquel

Pronto sonó el timbre y volvieron todos a sus sitios cuando la profesora de literatura entro por la puerta y dejó sus cosas en la mesa. Era una mujer ya mayor que vestía muy colorida y aunque no lo pareciera tenía muchos conocimientos y enseñaba a sus alumnos con tanta energía y pasión como su primer día y eso era algo que hizo que amara su asignatura.

Cuando terminó de dejar sus cosas  camino hasta el centro y nos miró con una sonrisa

—Buenos días chicos— dijo alegremente a lo que nosotros la respondimos— Bueno, primero que nada quería comentaros que la primera nota de esta evaluación se va ha calificar con un trabajo que vais a exponer en parejas, y no, no vais a hacer las parejas vosotros— se escucharon varios comentarios y quejidos pero que fueron callados por ella enseguida— las parejas las voy a hacer yo y punto, el trabajo consiste en hablar de algún escritor famoso y alguna de sus obras y presentarlo aquí, lo tendréis que exponer dentro de 2 semanas así que yo ya me he encargado este fin de semana de hacer ya las parejas—

Cogió un papel que tenía en la mesa y empezó a recitar las parejas que había escrito, algunos se alegraron por sus parejas pero otros simplemente pusieron caras de fastidio o se quejaron en alto de la decisión de la profesora aunque ella los ignoro olímpicamente.

—Andrea Bravo con Matteo Vega, exponeis el 27 de septiembre— y siguió con las demás parejas

Yo me quede algo confundida y giré la cabeza a mi compañero que  se sentaba en la esquina a mi derecha un asiento después que el mío el cual me observaba igual de sorprendido que yo pero que al cruzar las miradas volvió a mirar a su cuaderno rápidamente sin ninguna expresión

LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora