You picked the wrong side

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- ¡Ni se os ocurra volver a caminar por ese pasillo! ¿Entendido? - dijo Pepa, enfadada y también algo nerviosa.

- ¿Pero por qué todo el mundo dice lo mismo? - se quejó Mirabel.

- ¿O sea que habéis acudido a mí como segunda opción?

- ¡No! A ver... Tal vez sí pero... Creíamos que tú tal vez nos entenderías... ¿No decías que eras igual que yo cuando tenías mi edad? - dijo Camilo para intentar convencerla.

- Camilo, no va a funcionar. Para.

- Jo... Bueno, había que intentarlo... - suspiró él.

- Pero tal vez...

<<Lo sabía>> pensó Camilo.

Aquel último comentario hizo que Pepa se sintiera identificada con ellos y tal vez, sólo tal vez, intentase ayudarles un poco. Pero Abuela no debía enterarse bajo ningún concepto.

Se dirigió a su estantería y tras rebuscar un poco, encontró lo que andaba buscando.

- ¿En serio vas a darles ese libro? - preguntó Félix.

- ¿Qué tiene de malo?

- No, nada... Tan sólo... No sé...

- Cariño, no te preocupes. Sé lo que hago.

Y dicho esto Pepa les ofreció aquel extraño libro.

- Wow... - dijeron Camilo y Mirabel al unísono.

La cubierta era de un color morado muy oscuro, casi negro y la única decoración que tenía era una estrella dorada de cinco puntas pero estaba boca abajo. Un pentagrama.

- ¿Mamá esto no será un libro de magia negra o algo así, verdad?

- ¿Magia negra? ¿Quién ha hablado aquí de magia negra? Es tan sólo un libro que casualmente os habéis encontrado y que para nada yo os he prestado, ¿entendido?

- Pero-

- Yo no se nada. - dijo Pepa mientras cerraba la puerta de su cuarto, dejando a Camilo y a Mirabel fuera. Por el tono que había empleado parecía que incluso se estaba burlando de ellos.

- ¡Mamá! No puedes-

Y cerró la puerta.

- ¿Qué acaba de pasar? - preguntó Mirabel, aún confusa.

- No tengo ni idea... Pero me parece que las cosas se están volviendo aún más interesantes.

~⛧~

A la mañana siguiente, tras el desayuno, Mirabel y Camilo quedaron solos en la cocina. En un principio pensaron que podían leer el libro que les había dejado Pepa allí, pero por precaución (y miedo a que les pillaran) decidieron subir al piso de arriba y esconderse en aquel cuarto tan pequeño en el que nunca nadie entraba. Ahí estarían más seguros.

Según subían las escaleras, Mirabel chocó con su hermana, Luisa.

- ¡Lo siento, Luisa!

- ¿Y esas prisas?

- ¡Nada importante! - exclamó Mirabel al mismo tiempo que corría escaleras arriba y desaparecía de la vista de su hermana.

A raíz de esto, Luisa comenzó a preguntarse qué tramaban aquellos dos.

Pero volvamos a Camilo y a Mirabel:

- Mirabel, la puerta está cerrada.

- No puede ser. Déjame a mí.

Y tras darle el libro a Camilo para que  lo sostuviera, Mirabel abrió la puerta de un sólo empujón.

- Rota, ¿verdad? - bromeó.

- Muy graciosa.

Una vez entraron, les costó encontrar el interruptor de la luz, y cuando por fin lo encontraron, se dieron cuenta de que ni siquiera funcionaba.

- Genial... - se quejó Camilo.

- ¡Espera, podemos usar esa vela de ahí!

- O las linternas de nuestros teléfonos.

- Ya pero, ¿cuál de las dos ideas es más guay?

- Vale, pero, ¿tienes algo para encender la vela?

- Yo no, pero al lado de la vela hay una caja de cerillas.

Dicho esto, se sentaron el uno junto al otro, con la vela encendida en frente de ambos. La llama de la vela era un tanto extraña, ya que parecía que se encendía y se apagaba.

Hubo un momento de silencio en el que Camilo pudo escuchar a su madre tararear una canción desde su habitación, la cual estaba bastante cerca del cuarto donde se encontraban escondidos, y no pudo evitar sonreír. Pero no había momentos para distracciones.

( Watching every move you're making...)

Genial. Ahora no podía sacarse aquella canción de la cabeza.

<<Gracias mamá>> pensó Camilo, ahora lo último que quería era distraerse.

Entonces, abrieron el libro.

Según pasaban las páginas, aquel libro se volvía más y más tétrico. No era un libro de magia negra en sí, pero sí que explicaba y daba consejos para realizar distintos tipos de hechizos o invocaciones.

- Me asusta que mi madre tuviera este libro... - dijo Camilo.

- ¡Mira esto! Pone: significados de la llama de una vela. Qué casualidad, ¿no crees?

- Esto... Sigue leyendo...

- Está bien, está bien. Aquí dice: llama grande significa que tus intenciones son fuertes.

No estaban realizando ningún ritual y la única intención con la que habían encendido aquella vela era para poder ver mejor dentro de aquel diminuto cuarto.

- Vale, esta no es... Veamos... Mira: llama tenue quiere decir que tus intenciones son débiles. Eeeh... Tampoco... A ver esta: llama ondeante significa que aún no tienes claras tus intenciones.

Camilo miró la vela de nuevo.

- Nop.

- Pues sólo queda una: Llama titilante.

Esa era.

- ¿Y esa qué significa?

- Hay espíritus cerca.

La Familia Madrigal [Encanto Modern AU] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora