«Me enamore de un prostituto 3»

Capítulo 17

Dedicado a:

El amor de mi vida, a mi especial y único novio. El hombre que mantiene vivo esto, lo que siento por él, que hace que lata mi corazón día con día, a mi pequeño celoso que quiere su propia dedicatoria especial, al hombre que da vida al personaje de Marcus Charpentier, sin ti esta novela no existiría y muchos no amarían esta novela y el personaje que le das vida.

Xoxo- te amo gatito.

Marcus Charpentier

Tenía un poco de dolor de cabeza, la boca un poco seca, algo adolorida como si estuviera desgarrada por tanto gritar. Me talle los ojos lentamente con mis manos para poder ver con claridad, abrí la boca y bostece, un feo olor a hedor como alcohol Salí de mi aliento.

Refunfuñe un poco y voltee, me sentí extraño pues no reconocia nada del lugar donde estaba, me sentía extraño. Pues me levante y estaba desnudo envuelto en una sanaba blanca de seda, de las cuales no eran mias porque en mi habitación no eran de estas, solo tenía de algodón.

Era algo familiar la habitación, pensé que estaría en algún hotel con Jacob y no habíamos llegado a casa y nos hubiéramos divertido tanto que quisimos hacer algo diferente a lo usual en nuestra casa.

Me voltee y vi a un gran bulto, musculoso y fornido con cabellera rubia.

Mi hombre era más pequeño y flaco, con cabello castaño que en la luz se veía mas rubio pero no tan notorio a la luz habitual.

Me acerque y tenía miedo de lo que me fuera a encontrar, porque sabía que no era Jacob el que estaba a mi lado, me quede anonadado al ver el rostro del mal frente a mí, era el, Patrick Donovan Vincent, mi ex pareja estaba en la misma cama que yo y no lograba entender cómo fue que paso.

Talvez no es lo que estoy pensando en el mismo momento en mi cabeza ahora. Talvez es un gran error de lo que estoy haciendo mucha exageración.

¿Dónde está Jacob? , ¿Por qué estoy yo aquí con él?

Me levante y estaba desnudo de pies a cabeza con unos grandes rasguños profundos desde mi clavícula y bajaban hasta mi pecho, me toque por encima de la piel y realmente dolían lo cual me hizo gemir.

Eran rasguños de sexo duro y sucio.

Me mire el cuerpo frente al espejo de su cama y tenía rasguños por toda la espalda como si hubiera tenido una gran riña con un leopardo, en mis nalgas todas rojas y marcas de todos los ángulos.

No entendía que estaba pasando, esto era un sueño y una pésima broma que tenía que despertar ya mismo.

Trate de pellizcarme a mí mismo pero el dolor se apodero de mí, lo que significaba que esto era más que real.

Me deje caer derrotado en el suelo, quizá me trajo y dormimos juntos, solo dormir.

Me levante y sacudí a Patrick para que me diera una explicación, me iba a explotar la cabeza me punzaba tanto como unos alfileres haciéndome acupuntura.