cap 89 Noche del Pentecostés 2

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Los juegos están resultando ser bastante divertidos, las actividades muy creativas, y todo verdaderamente animado. Además de que hubieron repartido un merienda de arepiras con queso y jamón, y un cafecito, ¿Que más pedir?

Y pues... Yo repetí sin que se dieran cuenta, digo yo que no se dieron cuenta.

Estuve comiendo sola la primera vez, la segunda con los chicos que estaban por hacer la confirmación conmigo, ya que la idea era convivir un poco más. Jimin estuvo por su lado.

Justo ahora ando en medio de un grupo de personas escuchando a los encargados de anunciar los juegos, al parecer también eran ayundantes del Padre en la iglesia.

—¡Muy bien, chicos! Ahora para lo síguente, deben cruzar a través de estos simples obstáculos y volver acá—dijo uno.

—¡Pero! ¡Lo tienen que hacer con el extremo de una cuchara en la boca, y con uno limón sostenido por esta en el otro extremo, ¿Okay?!

Allí nos entegaron cucharas de plásticos a los participantes, y después no divieron en grupos A y B.

Estoy en el grupo B dispuesta a ganar, pero lastimosamente no teniamos oportunidad. Los que habian realizado este juego no se dieron cuenta que los obstáculos del grupo A, los cuales estaban hechos por los largos bancos de la iglesia, formaban un camino más corto que el camino del grupo B; la gente empezó a notarlo cuando después de siete intentos, los del grupo B no habian gnado ni una, ni cuando hubo un joven contra una señora de tercera edad. Pero decimos dejarlo así, total los del grupo A no paran de alardear de su velocidad.

Ahora me toca a mi.

Camino a toda velocidad por entre los asientos ordenados de forma difultosa, el limón tambaleándose. Giro mis ojos para ver a mi conteincante ir más a tras que yo, pero al instante en el que llego a la curva final para devolverme por el camino, noto como el mimso contrincante me repasa, cayendo sobre mis esperanzas el hecho de que nuestro camino era más largo.

Perdimos, pero bueno, fue divertido, ¡Y NO SE ME CAYÓ EL LIMÓN, JA!

Más tarde hubo un momento en el que todos mostrarin su talento, incluso el padre, quien con una pizarra, utilizó la fecha de nacimiento de alguien y, con el uso de las matemáticas, logró llegar a un resultado aparenteme correcto y sorprendente.

Siguente a eso, vino otro juego. Uno que ya deben conocer, es divertido, competitivo y enérgico, y va en parejas. Ese en donde dos personas se amarran de los tobillos para estar unidas y seguido comienzan a moverse rápido para llegar a la meta. Una vez está puesto el cronómetro, suenan el silbato para dar partida.

—¿Lo hacemos tu y yo?—giro a mi derecha, encontrándome con Jimin, a su voz no se le a quitado ese filtro más grueso, como si aún tuviese sueño, o como si se hubiese estado durmiendo en algún banco otra vez.

Pongo expresión de que me da igual y digo—Bueno.

Notamos las cosas diferentes entre las parejas, y algunas parecían competir más entre ellos que con los demás, incluso un chico se cayó, y fue arrastrado por el que quedaba de pie, dispuesto a terminar la carrera.

El espacio por el que debia transcurrir dicha carrera, era uno de los largos pasillos, y al final había puesto un banco para crear una curva que por consecuencia los hiciera devolverse por el pasilo; era ir y venir.

—¡Últimos!—otro de los ayudantes de la iglesia nos señala a nosotros.

Antes de partir, Jimin toma mi hombro y me acerca a él de un halón para atraer sus labios a dos centímetros de mi oreja.

MI "BFF" | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora