cap 83 Jueves

49 10 0
                                    


Mentira si dijera que ayer no hice cosas de obsesiva. Solo estuve mirando un poco las fotos de Hoseok en facebook. Pero las más viejas, esas en donde hasta yo estoy presente; nosotros haciendo proyectos en la primaria, exposiciones juntos y actos en grupo, e incluso algunas del último día en la fiesta con piscina. Me impresiona que no las haya borrado de su facebook sabiendo que no salimos especialmente bonitos, sino como mocosos con el informe mal puesto, pero me parece tierno.

Actualmente nada, ni una sola actualización hace ya un tiempo muy considerable, y eso que él sube y comparte cosas como a mi me gustaría comer, a cada rato.

Ni yo que subo fotos o comparto algo una vez a la cuaresma me he tardado tanto.

Quiero creer que lo que siento por Hoseok no es una obsesión ni costumbre, yo .. solo cierro mis ojos y siento, siento.. Mi corazón late con su único pensamiento, es como si me sonrojara al recordar su risa, pudiendo así oírla en mis oídos; y mis mejillas se calentasen tras imaginar su lengua rozar la comisura de mis labios.

Realmente.. realmente lo quiero.

Meneo la cabeza de lado a lado, tragándome los sentimientos. Continuaré esperando.

Volviendo al inicio.. ¿Saben en qué otra cosa mentiría?

Pues si dijera que durante el día de ayer, miércoles para ser exactos, las miradas y la tensión entre Jimin y yo fue normal. Es que sabíamos lo que pasaría, eso que nadie más esperaría, porque aunque todos vieran común nuestros choques de personalidad y actitud, resulta que al día siguiente teníamos planes para reunirnos sin multitud.

Y entonces... Ese jueves llegó.

Mis nervios no querían ocultarse en mi interior, me distrajeron tantas veces que mi visión se perdía en mis pensamientos, pudiendo ver mis alrededores pero sin mirarlos en realidad; entonces tenía que sacudir mi cabeza para despertarme.

Ignorando todo aquello, sonrío ladina al verme en el espejo, ¿y saben por qué? Porque me veo del asco.

Está bien, soy algo exagerada a veces. La cuestión es que no pienso arréglame ni un poco para recibir al gruñón ese en mi casa, además de que sigue fastidiándome que él sepa donde vivo pero yo no sepa donde él se cae muerto, es decir dónde duerme, vive, etc.

Ni siquiera se atrevió a dirigirme la palabra, como si no quisiera que los demás supieran que si podía llegar a ser amigo mío, ridículo como siempre.

En conclusión, ni loca me arreglaría para para recibirlo en mi casa, sería una perdida de tiempo. Únicamente me dejo unos shorts viejos y algo anchos de jeans, literalmente sacados de un pantalón que corté yo misma, y una camisa súper mega ancha y larga que me queda por encima de la mitad de los muslos; mi cabello atado en un rabo de cochino, o cebolla como otros le dicen.

Perfecta.

Modelo me dicen.

Mientras pasa el tiempo, como no tengo tareas ni deberes del taller de oración y vida, me pongo a hacer otra cosa.

Dibujar.

Es algo en lo que, según he visto en cada cuaresma que se me antoja hacer un dibujo o incluso dos veces al año, soy bastante buena, por lo menos para hacer que parezca realista las cosas simples.

Me concentro en eso hasta que sin darme cuenta una hora hubo pasado. Estoy bostezando cuando un silbido me quita el sueño.

Park.

Obvio que es él, que en lugar de tocar como alguien normal prefiere llamar mi atención de manera desinteresada y descortés, porque mi amigo de confianza no es como para avisar que está afuera de esa forma.

MI "BFF" | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora