Amaneció y los Sombrero de Paja se habían despertado para ver el cielo mucho más despejado, y un clima relajado. La pelinegra abrió los ojos, con pesadez, y no pudo evitar que una fina curva se formara en sus labios al notar a Zoro recostado de la cama, sosteniendo su mano.
Se sentía feliz. Aunque su cuerpo todavía estaba un poco resentido, se sentía mucho mejor que el día anterior. Sabía que Chopper haría un trabajo excelente y no se equivocó, el pequeño se había encargado de cuidarla toda la noche y se aseguró de que su suero no se acabara, de que tuviera acceso al baño en caso de despertarse, de tener agua limpia y comida a su disposición en todo momento. Podía sentir en su interior que algunas partes de su cuerpo estaban afectadas, pero estaba segura de que él lograría hacer que recuperara su salud rápidamente.
Notó las ojeras en los ojos de Zoro, le conmovió pensar que probablemente no se había despegado de ella ni un instante. Usó un par de manos extras para bajar el nivel de altura de la camilla y la inclinó lo suficiente para sentarse, logrando que la cabeza de Zoro quedara recostada en sus piernas, y comenzó a acariciar su pelo, con dulzura. Miró su rostro adormecido, pensó que realmente debía estar muy cansado si no había notado que ya estaba despierta, así que lo dejó descansar.
—Quien lo viera en este instante no imaginaría lo malhumorado y grosero que siempre suele ser. Verían lo que yo veo siempre, un hombre dulce y atento que protege a los suyos y que lucha por cumplir sus metas. Uno que incluso puede ser romántico y tierno. Estoy tan feliz de poder seguir aquí contigo, Zoro... No te imaginas el alivio que siento de poder quedarme a tu lado y al lado de los demás.
Dejó salir un par de lágrimas de felicidad. Se recostó un poco y le dio un beso en la mejilla, él sonrió aparentemente inconsciente, pero ella ya lo conocía, sabía que estaba en proceso de despertar. Y así fue, él alzó la mirada y la vio, disfrutando los pequeños escalofríos que le producía el roce de sus finos dedos en su nuca, donde comenzaba el crecimiento del pelo. Él apretó su otra mano y usó la restante para buscar contacto con sus piernas. Se quedaron así, en silencio, sólo disfrutando de la compañía del otro.
Los dos ya estaban acostumbrados a comunicarse de esa forma. Pero ella sentía la necesidad imperante de disculparse, de decirle que estaba arrepentida por todas las cosas crueles que le dijo, y por haber sido capaz de dejar que alguien más les hiciera daño.
Él lo sabía. La vio intentar abrir la boca y puso un dedo en los labios, negando con la cabeza, lo que le produjo un leve suspiro. En cambio, cerró los ojos y siguió disfrutando de los suaves y tersos dedos de su mujer entre su pelo, llevando las caricias a su cintura.
Ella estaba junto a él de nuevo.
No se lo podía creer, los días sin ella habían sido pocos, pero se sintieron como una eternidad, y ahora que la tenía de vuelta se sentía surreal. Pero ahí estaba ella, y no iba a desaprovechar esa segunda oportunidad, el estar tan cerca de perderla para siempre lo había hecho entender que tenía que hacerse aún más fuerte para poder protegerla a ella y a los demás, sin dejar de confiar en que ella también lo protegería a él. Se aseguraría de estar a su lado y ayudarla a crecer también, así los dos lucharían el uno por el otro.
Escuchó su estómago rugir un poco y se sentó, sintiéndose un poco triste de tener que pausar los mimos de su amada, pero consciente de que era importante que estuviera en salud.
—Robin. Debes estar hambrienta —susurró, y ella asintió, en un hilo de voz.
—Mucho. Pero todavía no quería separarme de ti. Además... Hay algo que necesito decirte. Zoro, quisiera--
—No te preocupes. No voy a ir a ningún lado. Al menos no por mucho —respondió y acarició su pelo suelto un tanto despeinado, para luego darle un beso en la mejilla—. Iré a buscar al ero-cook, seguramente ha de haberte preparado algo delicioso, vendré en seguida. Luego de que comas y Chopper te vea podemos hablarlo, ¿sí?
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Oscuro y Tormentoso
FanficEn el Thousand Sunny está sucediendo una serie de acontecimientos bastante extraños. Los Mugiwara han llegado a la isla de Malea, donde está ocurriendo un misterioso fenómeno que no se imaginan que los pondrá en una muy mala situación. En un intento...