capítulo 1

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- Hasta aquí el entrenamiento de hoy, chicos. Recoged la pista, limpiadla un poco y iros a descansar- dice el entrenador antes de irse por la puerta del pabellón.

Todos comenzamos a hacer lo que ha dicho, algunos en silencia(como yo) y algunos haciéndolo una competencia, como Hinata o Nishinoya, como siempre.

Cuando hemos terminado, voy al vestuario a cambiarme y irme a mi casa. Cuando me estoy cambiando, oigo que entra alguien. Me giro para ver quien es, es Tsukki.

-Buen entrenamiento el de hoy, Tsukki- le digo. 

El se queda en silencio durante unos segundos. Lo hace mucho esto de tardar en responder y luego responder con unas pocas palabras secas.

-Sí- y ahí está, la contestación seca que esperaba-.

-¿Hoy seguirás el mismo camino de siempre hacia tu casa?-le pregunto.

-Sí.

-Pues te acompaño el trozo de siempre.- y pongo una sonrisa tonta en mi cara.

-Por mí vale.

Salimos juntos por la barrera de la escuela y hacemos el mismo recorrido que siempre juntos. Siempre es igual, en silencio. Él con sus cascos puestos escuchando música y yo en silencio, pensando.

¿Pensando en qué? Pues en nada en concreto, pero la verdad es que mi tema recurrente es sobre él, para qué negarlo. 

Llega el punto donde siempre nos separamos y él se para. Me paro también. Se quita los cascos.

-Hasta mañana.- me dice, seco, para variar. Y se vuelve a poner sus cascos blancos y grandes en las orejas donde puedo escuchar que sigue sonando la música. Se gira y comienza a caminar lejos de mí.

-Hasta mañana.-le digo casi susurrando al ver que ya ni me podría oír.

Me giro dirección hacia mi casa y mi cabeza comienza a dar vueltas, como siempre.

¿Por qué siempre tiene que ser tan seco?¿He hecho algo para que sea así conmigo?

Es verdad que es así con todo el mundo a su alrededor, pero... me comienza a cansar que tenga que ser así siempre, !YO NO LE HE HECHO NADA PARA QUE ME TRATE ASÍ¡ Pero él siempre es igual, siempre con una cara de indiferencia en su cara, sin cambiarla por nada, como si nada le afectase.

Con el club igual, a veces no sé la razón por la que está en el club, parece que solo va por ir, porque con la cara que pone siempre parece que ni lo disfruta.

Con el poco tiempo que hace que lo conozco sé que no es así, pero a veces me lo parece.

También me he llegado a replantear que hago yo allí. ¿Qué pinto? No soy bueno en nada, me sale casi todo mal. Hasta los saques, que es donde me he intentado centrar todavía hay algunos que van a la red o a algunos sitios que no quiero que vayan.

En fin, ya he llegado a mi casa. Entro, saludo, ceno y me voy a la cama a esperar un nuevo día, a ver si cambia algo, cosa que no creo.




hasta que el sol nos ilumineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora