capítulo 4

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Cuando me he terminado de girar del todo dando la espalda a la puerta y mirando a Tsukki otra vez de lado respiro hondo.

¿Lo que voy a hacer estará bien? ¿Qué pasará si hago lo que estoy pensando? ¿Dejaremos de ser amigos? ¿Qué consecuencias tendrá hacerlo? No sé cuánto tiempo me paso haciéndome estas preguntas, lo que sí se es por qué son interrumpidas, y es por...

-¿Qué? ¿Vas a estar mucho tiempo allí parado en la puerta sin hacer nada? He dicho que no tengo ganas de hablar Yamaguchi, vete.

Y aquí es donde ya sí que no puedo aguantarlo más, me dan igual las consecuencias o lo que pueda ocurrir, ya no puedo seguir aguantando lo que he estado reteniendo todo este tiempo, no soy capaz.

-¿Pero tú quién te has creído que eres?- le suelto.

Veo su cara de asombro ante mi contestación, también veo cómo se gira lentamente para mirarme.

-¿Qué has d...?

-¡Cállate ya!- Y noto como se me comienzan a cristalizar los ojos- Hasta ahora me he considerado tu amigo, de hecho el único que tenías, porque no eres capaz de mantener una conversación con nadie y menos sin quitar esa cara de asco que tienes siempre. pero...¿Sabes qué? Que llegué a pensar que conmigo, al pasar tanto tiempo juntos en clase, en el club... llegarías a considerarme tu amigo también, pero lo que veo es que te da igual todo, ¡incluso yo o lo que sienta!- A este punto está claro que ya no he podido aguantar las lágrimas.

Me detengo un par de segundos para poder sollozar tranquilo, recuperar la respiración y secarme las lágrimas que me corrían por las majillas.

-Ya no puedo aguantarlo más, no puedo con esa cara de indiferencia, y hasta juraría de asco, que le pones a todo el mundo y a todas horas, a mí incluido. No puedo más con las contestaciones que me haces y no solo a mí, sino a todo el mundo, como si tú fueses el único importante el mundo y los demás solo estuviéramos para que te desfogues con nosotros.

-Yamag...

-!No, no te quiero escuchar¡ Ya estoy harto de todo. No sé qué es lo que estoy haciendo aquí... mejor dicho, no sé qué he estado haciendo todo el curso persiguiéndote a cualquier sitio que fueras. Ya estoy harto... no soy capaz, no puedo seguir. Hasta aquí nuestra relación Tsukki, estoy hasta las narices de cómo me tratas. Sé que no soy bueno en nada, puede que tampoco merezca nada porque soy aburrido, malo en los deportes, un nerd... todo eso seguramente es verdad, yo lo sé, pero estoy harto, solo puedo tolerar esto hasta un punto, Y ES ESTE. 

-Yamaguchi... No quería...

-Me voy, te pido el favor de que no me vuelvas a hablar ni escribir... bueno, como si lo hubieras hecho alguna vez por voluntad propia o sin que yo lo hubiera hecho antes... Pues entonces, solo ignórame, como se te da tan bien y deseas tanto. Querías que me fuera, pues enhorabuena, lo has conseguido.

-P-pero no así, Yam...

-Adiós Tsukki- me giro hacia la puerta para ahora sí coger el pomo con la mano derecha y girarlo para abrir la puerta. Antes de dar el último paso para salir del cuarto y sacar al hombre que tengo detrás de mi vida, me giro, pongo una cara de indiferencia como puedo y le suelto:- No me hables más de lo estrictamente necesario, sobre todo en el club.

Así es como me giro definitivamente y salgo corriendo antes de que me sigan saliendo las lágrimas. Me detengo en el salón al ver a su hermano que me mira con cara de preocupación, supongo que lo habrá escuchado todo.

-¿Estás...?

Levanto la mano para que no siga hablando y hago un gesto con la cabeza negando, como si no pudiera hacer nada más. De repente oigo una puerta detrás, en el pasillo de los dormitorios y rápidamente entiendo que es Tsukki, ya que no hay nadie más en la casa, por lo que asiento con la cabeza en dirección a  su hermano y salgo corriendo por la puerta que abro con una velocidad impresionante.


*¿QUÉ PASARÁ AHORA CON ESTOS DOS?

¿CUÁNDO SERÁ LA PRÓXIMA CONVERSACIÓN QUE TENGAN?

¿LA VOLVERAN A TENER?*

hasta que el sol nos ilumineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora