-Yo... -dice, pero se queda en esa palabra sin poder seguir.
-¿Tú...?
-No sé cómo decirte esto, y menos después de un mes sin hablarnos. A mí...-dice.
-¿A ti...?
-A-mi-me-gustas-mucho- suelta de golpe y casi no lo entiendo.
-¿Cómo?¿Qué has dicho? Creo que no te he escuchado bien, ¿puedes repetirlo?-le pregunto a sabiendas de lo que ha dicho.
-A-a mí me gustas, Yamaguchi. Sé que puede sonar un poco raro por cómo te he tratado hasta hace un mes, además de como he dicho este mes sin tener contacto alguno. Pero justo este tiempo además de las últimas palabras que me dijiste hicieron que me diese cuenta de que me gustabas.
Nos quedamos los dos en silencio absoluto. No le creo, me es imposible. Tengo demasiados defectos e imperfecciones, tanto mental como psíquicamente, para que alguien me quiera. Estoy demasiado jodido en demasiados sentidos.
-Yo...- comienza a decir.
-No, no hace falta que contestes ahora. No quiero presionarte a sentir lo mismo. Solo quería decirte esto y darte las gracias, Yams.
-¿Gracias por qué?-pregunto.
-Por hacer que abra los ojos. Antes de que me soltaras esas palabras era justo como tú dijiste, un chico frío, diría que hasta insensible, distante, asocial... Pero estoy intentando cambiar, cambiar para convertirme en una persona mejor, no solo por ti, que también, por mí mismo. En este mes he tenido mucho tiempo para reflexionar y he llegado a dos conclusiones: me gustas y tenía que hacer un cambio en mi vida de alguna manera. Y es gracias a ti que me di cuenta, gracias.
-Tsukki... Lo siento, pero no puedo. Ahora mismo no puedo salir con nadie. Si te digo la verdad antes de distanciarnos yo sentía algo por ti, algo que creí que era amor, pero ahora he llegado a pensar que era más dependencia, aunque suene absurdo. Este mes también me ha servido de algo a mí, me ha servido para darme cuenta de que no estoy bien, mentalmente digo.
-Yamaguchi... No tienes que hablar de ello conmigo si no quieres o no te sientes cómodo, lo podría entender, solo te digo que aquí estaré siempre que me necesites, sea la hora que sea, sea el momento que sea... vivimos a 10 minutos uno del otro o por una llamada, lo que sea, pero si me necesitas aquí estaré.
-Gracias, Tsukki. Al final será verdad que intentas cambiar, jajajaja.
-Eso intento- alza los hombros y sonríe, creo que nunca había visto esa sonrisa en él antes, una verdadera.
-Ahora no puedo salir o estar en una relación con nadie, pero podemos intentar ser amigos, esta vez de verdad y en serio-le digo.
-Mientras no volvamos a lo de antes de no hablarnos, me da igual. Como si quieres seguir estando así, hablando solo en algunos momentos, a mí me vale mientras no me ignores, cualquier cosa va bien.
-No, no era eso. Te pedí que te alejaras porque necesitaba quitarme los sentimientos que tenía por ti en aquel momento y para que te dieses cuenta de tu actitud, pero ahora veo que lo intentas y me he dado cuenta de lo que realmente sentía por ti. Ahora podríamos intentar mejor crear una amistad desde cero.
-Estoy de acuerdo-me contesta.
Y así pasamos el resto de nuestro primer año en la preparatoria, como amigos. Como dijimos, comenzamos desde cero. Volvimos a quedar para ir juntos a la escuela por las mañanas, quedábamos algunas tardes, nos dábamos tiempo para quedar con nuestros amigos por separado, hacíamos alguna que otra pijamada, íbamos al club...
Tengo que confesar que ver al nuevo Tsukki me sorprendió para bien, y tengo que decir que los sentimientos que en su momento creí que tenía volvieron, esta vez reales, pero no me llegué a declarar en ese primer año porque pensé que no era el momento adecuado para mí, y para él tampoco.
En ese primer año hablé con mi madre sobre mi problema con la ansiedad y con mi cuerpo sin decirle las medidas que a veces tomaba para intentar verme mejor, pero sí, pedí ayuda. Y estoy orgulloso de decir que estoy yendo al sicólogo, el cual me ha ayudado un montón, aunque parezca que no.
En nuestra primera sesión le conté mis problemas y los que yo pensé que eran los orígenes de estos; y, a medida que íbamos avanzando, pude ver mejor que algunos de los orígenes sí que eran los que pensaba, pero otros eran más profundos e inconscientes.
Ella, que por cierto es una mujer, me hizo ver el porque, inconscientemente, en mi día a día hacía o reaccionaba a algunas situaciones de tal forma. También me explicó la mayor posible causa de mis problemas de autoestima, los cuales vinieron de mi pasado horroroso con mis compañeros de escuela primaria y por el hecho de que tengo altas capacidades sentimentales, es decir, que a lo que una persona le afectaría de una forma, a mí seguramente me afecte el doble.
Sobre la ansiedad... fue otro tema, porque venía de bastantes sitios: mi relación pasada con Tsukki y cómo me hizo sentir, la presión escolar, la situación en casa, mis sentimientos hacia el deporte y mi propio cuerpo... Lo que me dijo fue que, delante de un ataque lo que tenía que intentar controlar primero era la respiración(me dijo que pusiera una mano en mi barriga y que al inhalar metiese la barriga y que al exhalar la sacase), cosa que ya me habían dicho los sicólogos a los que había ido. Sobre este tema me dijo que, a medida que fuésemos solucionando y hablando de los problemas que me la causaban y intentásemos ponerle una solución, se iría yendo, pero que sería un proceso bastante largo.
Y así transcurrió el primer año y el verano.
Hoy es el primer día del segundo año, por lo que estoy nervioso. Como siempre he quedado con Tsukki para encontrarnos e ir juntos. Cuando me acerqué al sitio donde quedábamos siempre él no estaba, cosa que me extra porque siempre suele llegar él antes a los sitios cuando quedamos.
Cerca de donde quedamos siempre hay un parque minúsculo y veo a dos personas, una muy alta, hablando en la sombre, supongo que porque todavía hace calor. Los miro y en un momento la chica bajita, a la cual reconozco porque va a nuestra clase, coge de la nuca a la persona alta que tiene delante a la cual no reconozco porque le pega sombra y medio volteado, y lo atrae hacia ella para darle un beso.
Entonces, cuando le da el sol, veo quien es, y se me cae el alma a los pies.
*Ya podéis imaginar quién es el chico alto, ¿no?
¿Qué va a pasar con estos dos? Recuerdo que, como he dicho, Yamaguchi volvía a tener sentimientos sinceros por Tsukki.
¿Se pondrá Yamaguchi celoso?
¿Qué pensará Tsukki respecto al beso?
¿Seguirá Tsukki sintiendo cosas por Yams?*
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hasta que el sol nos ilumine
Romanceesta es un fanfic friends-to-enemies-to-lovers de Yamaguchi y Tsukki. Debo aclarar que no he cogido exactamente la historia de estos dos personajes, solo me he orientado con el físico y un poco la personalidad.