SR. CHIVA-AREE [BrightWin]

VIII

La luz de sol se colaba por el gran ventanal, el cansancio que aun sentía era en cierta parte doloroso, miró a su alrededor y noto que estaba en su habitación, completamente solo, la seda de las sabanas, acariciaban su cuerpo, de esa manera pudo notar que se encontraba totalmente desnudo, aunque limpio.

Como pudo, se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño, necesitaba con urgencia sentir el agua caliente relajar sus músculos, abrió la llave y una vez que acomodo la temperatura del agua, se metió bajo el chorro, cerro sus ojos e imágenes de lo que había sucedido anoche, llegaron a él. Con sus manos recorría su cuerpo, cada parte en las que el Sr. Chiva-aree había pasado sus manos, juraba que podía sentir aún el roce de sus dedos, pero pronto la sensación de los labios de su amo los logró sentir de nuevo sobre los suyos.

─Espera Win... ¡alto! no imagines eso... eso no pasó, es decir el Sr. Chiva-aree había dicho que nunca había besos. ─ Win debatía con su razonamiento, ¿Acaso estaba muy tomado anoche?, no es muy tolerante al alcohol y tal vez su imaginación le estaba tomando una muy pésima broma.

Pasó la esponja con jabón corporal por todo su cuerpo, la suave espuma lo hacía sentir agradable, pasó su mirada por sus caderas y pudo notar las marcas de su amo, pero esta vez lucían diferentes a las que usualmente le marcaban los clientes del burdel.

Después de varios minutos y de hacerse quedado un poco más de tiempo bajo el agua caliente, salió del cuarto de baño, busco dentro de su armario ropa cómoda para ponerse, tomó un pantalón de chandal color camel y una camisa en color negro y los puso sobre la cama, su maleta aun permanecía cerrada, su amo no le había permitido usar la ropa que había traído del burdel, al contrario, todo su armario estaba lleno de ropa que previamente había sido seleccionada para él, por Nani.

Trajes de vestir, pantalones de marca, camisas de distintos tonos y estilos, jamás en sus más remotos y locos sueños había siquiera imaginado tener un armario así.

Aún con la bata de baño puesta, se vio frente a ese gran espejo en el tocador, arreglo su cabello, mirándose detenidamente, noto las marcas que había en su cuello, era un ligero carmesí, que hacía un hermoso contraste con su piel nivea, coloco algo de bálsamo en sus labios, aun sumergido en sus pensamientos, no notó cuando la puerta de su habitación había sido abierta.

Bright Chiva-aree es quien entraba, percatándose que su sumiso no se había dado cuenta que había entrado a la habitación, al parecer había salido de bañarse, aún su cabello se veía levemente mojado, y sin poder evitarlo veía en cámara lenta como ese bálsamo era colocado en esos hermosos labios, sabia que había sido un error el dejarse llevar anoche y prácticamente devorarlos, lo sabía, porque justo en ese momento quería continuar con todo lo que anoche había querido hacer...

«Era la primera vez que permitía que su sumiso se quedara dormido mientras que él aun continuaba con ganas de seguir por mas rondas de sexo, era la primera vez que él mismo había cargado a su sumiso para llevarlo hasta su habitación y era la primera vez que él mismo limpiaba cuidadosamente cada parte de su cuerpo, ¿Que es lo que había cambiado?, sabía que su sumiso era diferente a todos los que ya había tenido antes, él se acercaba más a... ¡Joder Bright! NO... él no...»

No podía siquiera permitir una vaga oportunidad de sentir algo más que placer, él había comprado a su sumiso con un solo propósito.

S E X O.

No había nada más.

Y como si necesitara la confirmación de esas palabras, cerró la puerta de la habitación, acercándose hasta donde estaba su sumiso, quien dió un ligero brinco al sentir su firme agarre sobre sus caderas.