XIV

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El instinto maternal no aparece en los genes de todas las mujeres, es decir, ninguna nace mágicamente con ese don de ser mamá, eso me quedó muy claro desde que conocí a la mía. Nunca podré agradecer el hecho de que ella me haya dado la vida, porque siendo honesto, hubiera preferido que me abortara desde el primer instante en que supo que yo estaba en su vientre.

Muchas veces escuche sus reclamos, de como yo le había arruinado su vida, ella jamás se detuvo ni un momento para darse cuenta que ella arruinó la mía.

Crecí sin saber quien fue mi padre, a decir verdad, dudo que mi madre sepa quien es, crecí en este establecimiento al que ella llamaba "Negocio", un lugar sombrío, con olores tan desagradables, que para ese momento yo ignoraba a qué se debía, crecí escuchando sonidos que a mi corta edad nunca debí escuchar, personas desagradables hacían cosas que jamás llegue a entender, el sufrimiento ajeno, ¿como es que puede extasiar y llevar al clímax a alguien?

Mi madre siempre fue una mujer fría, su mirada siempre denotaba amargura y furia, el dinero es lo único que le llamaba, fuese como fuese, tenía que conseguir mas, ahi es donde entro yo, donde pude conocer el verdadero odio hacia la mujer que se suponia, debia amar.

Jamas podre olvidar a ese hombre, jamas podre olvidar su asquerosa boca sobre mi cuerpo, jamás podré borrar las caricias de sus manos recorriendo mi piel, mi madre vio en mí una mina de oro, su primer experimento con la trata de menores, la gran idea que la llevaría a la fortuna, a palabras de ella, conmigo descubrió que sus más apreciados clientes pagaban una fortuna por poseerme, yo tan solo tenía ocho años...

El dia de la celebración había llegado, personas de altos rangos políticos, grandes CEOs y gente de enormes cantidades de dinero, se reúnen en un solo lugar, -esto no era raro para el chico que se encontraba frente al espejo-, acomodando el precio...

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El dia de la celebración había llegado, personas de altos rangos políticos, grandes CEOs y gente de enormes cantidades de dinero, se reúnen en un solo lugar, -esto no era raro para el chico que se encontraba frente al espejo-, acomodando el precioso traje a medida en color esmeralda, su cabello azabache le hacía lucir como una piedra preciosa, una que se encuentra en los lugares menos esperados, en el momento menos oportuno, y que una vez que lo obtienes, sabes que eres acreedor del privilegio más sublime.

Kanawut Traipipattanapong.

Era el nombre del momento, el hombre que se había ganado el corazón de uno de los ministros más deseados de los últimos años, Suppasit Jongcheveevat. Nadie sabía de dónde había salido, nadie se atrevía siquiera a indagar de dónde había salido ese chico. Suppasit era un hombre de temer, un hombre que no se la pensaba dos veces para callar bocas.

»Mew aún no comprende cómo el destino lo llevó a aquel burdel, aún no comprende cómo es que inclusive en su primera instancia en ese lugar, conoció al chico que le robaría todo su ser, que se adueñara de su alma, su cuerpo y su corazón, -Gulf- es el apodo con el que lo conoció, ya pasaba sus veinte y Mew podía jurar que era el chico mas hermoso que había conocido en toda su vida, Mew sabia a la perfección su orientación sexual desde los diez años, pero a los quince salió del closet, como comúnmente se dice; para el momento en el que llegó al burdel de Godji, él ya sobrepasaba los 30, era su primera vez en un lugar asi, habia escuchado alardear a sus colegas de "haber encontrado el lugar perfecto para sus más bajos instintos", siendo sincero, nada de eso le llamaba, pero aun asi acepto ir.Aún recuerda esa primera impresión, el lugar se encontraba en un barrio olvidado, la fachada de ese lugar era horrible y la entrada era repugnante, conoció a esa mujer que se hacía llamar "Madame", una mujer desagradable y vulgar, ofreciéndose inclusive a ella misma para poder satisfacer a ese "nuevo cliente", Mew la rechazó en ese preciso momento, ni en sus mas desesperados deseos podria meterse con una mujer como ella, ante el rechazo los hizo pasar a la zona "VIP", un cuarto rojo, con luces apenas tenues, mesas pequeñas y enfrente un escenario, "EL MEJOR ESPECTÁCULO" se refirió esa mujer, ante lo que iban a presenciar. Mew se sentó en una de las sillas que estaba en la mesa del centro, no sabia que esperar y a decir verdad, era más sus ganas de irse, pero justo en ese instante donde tomó la decisión que no quería pasar más tiempo ahí, la música se dejó escuchar, los reflectores alusaron hacia el escenario y una fila de chicos de al menos en sus 20s, comenzaron a bailar, sus ojos se fijaron en uno solo, es ese chico de cabello azabache le había hipnotizado...«

SR. CHIVA-AREE  [BrightWin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora