SR. CHIVA-AREE [BrightWin]

XVI

Los ojos cristalizados por miles de lágrimas que luchaban por salir, miraban de forma atónita al hombre que lo cuido desde que él llegó a ese burdel, ¿Cómo era posible que él estuviera ahí, justo frente a él?

Win no era consciente, no podía saber si era real o no lo que estaba viviendo, muchas veces tuvo este mismo escenario en sus sueños, él junto a Gun y Gulf, lejos de todo lo malo que vivieron, lejos de ese lugar oscuro y frío que los albergó por muchos años, no fue hasta que Bright le tomo la mano para poder comenzar a caminar, sentía su corazón latir a toda velocidad, su orientación no estaba bien del todo, apretó con la poca fuerza que tenía a esa mano contraria, quería confirmar que todo esto era real y que no se desvanecerá como en otras ocasiones, pero no fue así, Bright seguía tomando su mano, él mismo podía sentir el calor reconfortante que le emanaba a través de esa unión.

Llegaron hasta una habitación la cuál estaba resguardada por dos hombres de aspecto robusto, ese hombre desconocido para Win les dió una señal y sin más abrieron las puertas, las luces eran tenues dentro de ésta habitación, la decoración era elegante, claramente acordé al estilo de esa persona que tomaba de la mano a Gulf, las ansias y desesperación que sentía Win en ese momento fueron desvanecidas en cuanto sintió como los brazos de Gulf lo envolvió y junto a él estaba Gun, los tres eran un mar de lágrimas para ese punto, había pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto, no hacían falta palabras, ni decirse lo mucho que se habían extrañado y aunque lo intentarán decir, no era fácil, eran tantos sentimientos encontrados que las palabras eran detenidas en sus gargantas, Win había esperado tanto ese momento, su vida había continuado sin ellos, pero jamás perdió la esperanza de volverlos a ver.

Los tres hombres restantes veían esa escena y lograron sentir emociones inexplicables, el pecho de Bright dolía por ver a Win así, ¿Cuánto había sufrido Win para llegar a estar así?, el dolor que los tres emanaban era palpable en el aire, no sabía exactamente si era afortunado de haberlo comprado, si existía algo más para que el destino los llegará a reunir, pero agradecía que así hubiese pasado, no podría continuar su vida sin él.

-Perdónenme por haber tardado tanto tiempo -Las palabras de Gulf eran entrecortadas y casi en susurro, pero entendible para Gun y Win.

-E-Esto es... ustedes...

Win no podía formular siquiera una oración, Gulf lo veía con suma ternura, recordando ese día que llegó al burdel, su corazón dolió, parte de esos recuerdos le habían estado carcomido el alma desde el día que salió del burdel, haberlos dejado ahí a cargo de Godji, era algo que él mismo no podía perdonarse.

-Lo sé, yo tenía la esperanza de verlos de nuevo, pero ¿Cómo es que estás aquí?- Gun siempre había sido el más maduro de los tres, Gulf era el más impulsivo, y bueno Win al ser el menor de los tres, su personalidad era más tímida.

Gulf los atrajo hacia sí mismo, el abrazo era genuino, lleno de muchos sentimientos que incluso eran palpables para el resto de los que estaban en esa habitación.

-Hay muchas cosas que explicar. -los tres se separaron solo un poco, las palabras de Gulf los hacía estremecer, nunca lo habían visto así, aún en aquellos años dónde vivían en el burdel, Gulf siempre fue maltratado por Godji, nunca entendieron el porqué ella siempre se ensañaba con Gulf, porque siempre le tocaban los hombres más malvados y sádicos, tanto Gun como Win creyeron siempre que Gulf se sacrificaba por ellos, pero al parecer había más. -Godji... Ella es,-Gulf sintió la mano de Mew, sabía que a través de esa acción le transmitía la tranquilidad. Solo así pudo continuar. -Godji es mi madre.

El silencio era abrumador para Gulf, el rostro de Win y Gun era una mezcla de asombro, tristeza, pero ninguna pizca de enojo.

-¿Tu mamá?, pero ella, ¿Cómo es que ella pudo hacerle eso a su propio hijo? -Win sentía una revolución de sensaciones, coraje hacia esa mujer era la principal, una madre se supone cuida a su hijo, pero esa mujer, era malvada y no merecía ser llamada madre.