SR. CHIVA-AREE [BrightWin]

XII

El haber entrado a ese cuarto rojo había sido la perdición para ambos, para ese punto la poca cordura que Bright había estado manteniendo en estas últimas semanas, se había esfumado, ya no existía, y es que el entrar a ese cuarto simplemente sus deseos más oscuros salían a relucir, y la principal razón, estaba frente a él.

Win que para ese momento se mantenía en silencio, expectante ante los movimientos de su amo, ¿Dónde había quedado ese chico que hace unos momentos atrás había desobedecido cada orden de su amo?, La mirada de Bright estaba oscurecida y de eso se había percatado Win, pero por alguna extraña razón no sentía miedo, no sentía temor por el castigo que iba a recibir, estaba ansioso, deseoso, estaba en un trance sexual del cual nunca había experimentado, su cuerpo y sus sentidos estaban rendidos ante su amo, había vuelto ese sumiso, pero al contrario del pasado, esta vez, él quería que pasara todo.

Bright colocó con cuidado a su sumiso, en una silla de cuero negro, -Este había sido diseñado por él, especialmente para una ocasión como ésta- Win no dijo nada, simplemente obedecía a cada orden de su amo, colocó ambas manos en los brazos de la silla, para después ser atadas con una tela de seda en color carmesí, había quedado inmovilizado aun cuando solo sus brazos habían sido atados, aun seguía vestido con el kimono, solo que éste se encontraba totalmente abierto.

Frente a él estaba otra silla igual a la de él, pero un poco más grande, veía como su amo poco a poco desabotonaba su camisa, era de una manera lenta y para él, algo provocadora, él para ese punto estaba embebecido por el perfecto cuerpo de su amo, ¡JODER! lo había extrañado tanto, pero esto no era suficiente, él quería tocarlo, quería besar cada centímetro de esa perfecta piel.

Bright empezó a desabrochar su pantalón y bajando lentamente, aun cuando su rostro era estoico, observa como Win lo veía fijamente, esto le resultaba un tanto excitante, saber que su sumiso lo desea, saber el sin fin de pensamientos que en ese preciso momento, después de todo Win ya le había prácticamente gritado lo necesitado que estaba y aunque él también estaba así, no dejaría que su sumiso lo supiera.

Quedando completamente desnudo, se sentó frente a Win, su erección se mantenía firme, podía sentir la intensa mirada de su sumiso, llena de lujuria y deseo, así que incitando aún más, comenzó a recorrer si cuerpo, poco a poco, cada centímetro de su piel. Podía notar como el contrario tragaba saliva, atento e hipnotizado por todo ese ritual que realizaba.

Solo había una pregunta que rondaba en su mente.

~¿En qué momento iba a reaccionar?

Se recostó un poco más sobre el respaldo, su erección se veía con más firmeza, el pre semen que le adornaba la punta lo hacía ver apetitoso y de eso Win ya se había dado cuenta.

—A-Amo... p-por...

—¡Ssshh!... no te he permitido hablar. —La voz tajante de su amo le hizo chillar, ansiaba poder meterse ese gran trozo de carne en su boca, quería meterlo muy en el fondo, hasta llegar a su garganta, el asfixiante deseo de esa sensación lo estaba enloqueciendo.

Bright amaba la imagen que tenía frente a él, los ojos completamente oscurecidos de Win le llamaban, le incitaban, le excitaban tanto a continuar, así que posó una de sus manos sobre su erección, deslizándola tan lentamente que fue inevitable no soltar un gemido placentero, uno que hace mucho tiempo, y se refería a antes de tener a Win, no había experimentado; ¿Como era esto posible?, era la misma pregunta que siempre se hacía, ¿Acaso estaba dejándose influenciar nuevamente por sus emociones?

¡NO!

Eso jamás lo iba a permitir.

Él era el amo ahí, él lo había comprado, había pagado una gran fortuna por él. Recordó nuevamente el motivo por el que estaban en esa habitación, el enojo lo invadió, los movimientos de su mano fueron más fuertes, se masturbaba bajo la atenta y desesperada mirada de Win, quien luchaba consigo mismo para poder desatarse y lanzarse sobre él.