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Habían pasado siete días, había visto siete amaneceres a través de la ventana.

Siete veces viendo a jaemin dormir cada uno de esos días, que entrará su mamá y lo despertase, de esos días cinco lo vi irse temprano y no volvía por horas.

Cuando llegaba agarraba cuadernos y los  completaba, y al terminar jugaba videos juegos, leía o agarraba otros juguetes que tenía en el baúl y jugaba en el piso, les hablaba en voz baja y los movía de un lado a otro.

Pero en cada uno de esos días mientras hacia cualquiera de esas cosas me miraba en secreto, me dedicaba largas miradas y luego bajaba la vista.

Se acercaba a mi, me miraba con su rostro inexpresivo y no me tocaba, o se iba del cuarto y cuando volvía lo primero que hacia era mirarme.

A mi no me molestaba, no tenia por que. No sentia nada. Pero luego de esa semana todo comenzó...

Llegó como un huracán azotando la puerta con fuerza, venía todo embarrado los pies, la cara sucia y todo el cabello despeinado.

Durante la mañana había llovido asi que suponía que era por eso su apariencia pero lo que más resaltaban eran sus ojos, parecían lanzar rayos, entro y se tropezó con un autito que estaba en el piso, cayó de cara dando un golpe en toda la habitación.

- Maldita maldita sea, odio a todos

Comenzó a dar puñetazos al suelo, su voz sonaba ahogada. Tal vez estaba ¿llorando?

Nunca había visto a una persona llorar, bueno en frente mío.

En la tienda en la que había estado, que era una de esas antiguas y artesanales tenía una tele que sabia estar prendida la mayoría del dia, la dueña del local veía las noticias y novelas, pero siempre me dormía con el último. Siempre se la pasaba llorando y no entendía por que eran tan ruidodos.

Pero esta vez era distinto, lo tenia frente a mi viendolo tan deprorable, sentí algo clavarse en la altura en donde los humanos llaman "pecho". Era algo extraño y molesto.

De repente levantó el rostro y me miró desde abajo.

- ¿Tu que me ves? Eh ¿Tu también te burlaras de mi?

Se levantó rápido y me tomo en sus manos.

- Deja de mirarme - me arrojó contra su cama y comenzó a gritar.

- Yo no hice nada malo, solo quería ayudar a ese niño y me terminaron golpeando a mi.

Sinceramente yo no entendía nada, pero sentía algo extraño por mi dueño, algo que en todo lo que llevaba contemplando a las personas había sentido. El no hacia nada malo, era callado y ordenado. No sonreía seguido, pero era bueno. Aunque no lo conocía yo lo sabía.

- ¿Tu también te reirás de mi? Vete, no te necesito.

Me levanto y me miro con sus grandes ojos, y luego me arrojo por la ventana.

Cuando aterrize en el suelo mojado, me puse a pensar que tal vez alguien me encuentre y me lleve consigo, pero esa idea sólo duro cinco segundos cuando vi a mi dueño saltar por la misma ventana por la cual me había tirado.

Cayó de pie justo a mi lado, me levanto, me abrazo y sé largo a llorar de vuelta.

- No mentira, no era cierto. Yo sólo, no lo sé, no me dejes..

Realmente me quede aturdido en sus brazos, lloraba ruidosamente como en esas series, y tampoco entendía nada pero no me molestaba.

Terminamos los dos en el baño, su madre lo reto un largo rato por el salto, diciendo que pudo haberse lastimado y otras cosas que no escuche.

Yo estaba sucio con barro al igual que el, así que nos prepararon una bañera enorme y nos sumergimos en ella.

También hubo una pequeña discusión por el hecho de mi paradero, bañarme con el o ir a lavarropas (no tenia idea que era eso) pero ganó el así que nos bañamos y secamos, pero por ser de tela termine colgado en una soga cerca de una ventana.

Pase parte de la noche ahí, hasta que unas manos pequeñas me tomaron y me llevaron de vuelta al cuarto de jaemin, por la oscuridad no podía ver quien era hasta que pude ver que era el mismo jaemin.

Nos acostamos en su cama y comenzó a susurrar.

- Yo lo siento mucho por lo de hoy, esos niños fueron muy malos conmigo, y cuando te vi caer me di cuenta que fui igual que ellos. Espero que puedas perdonarme. Todavía no se me ocurre un nombre para ti, ya buscare uno.

Me sentí tan feliz en ese momento, los humanos tenían muchos sentimientos con muchos nombres.

Estaba feliz de que me hablará como si fuera una persona, quería decirle que lo perdonaba.

- Sabes mi tía tenía razón, podemos llegar a ser amigos o compañeros de cuarto.

Cada vez su voz sonaba más baja hasta que el silencio reino en toda la habitación.

DOLL ☆Jaeren☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora