💠08💠

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[Pov Renjun]

Me miró en silencio, no sabía que hacer ni que decir, me sentía temblar de verdad ahora.

- Parate.

Me levanté tambaleandome quedando de pie junto a la cama, todo se veía demasiado raro, los muebles no eran tan pequeños ni la cama, la habitación ya no era enorme.

Él me miro desde abajo, todavía estaba sentado en la cama, sus ojos estaban bien abiertos al igual que los míos.

- Yo.... No sé cómo explicar esto - Le dije en voz baja.

Se levantó lentamente agarrando el cobertor de su cama, se puso de pie enfrente mío y se tiro sobre mi.

- Ahhh, espera esperaaa

Cayo encima de mi agarrando mis brazos e inmovilizado mis piernas, me cubrió por completo solo dejando mi cabeza descubierta.

- ¿Quien eres? ¿Un acosador?, ¿Un ladrón no muy inteligente? - Dijo muy seriamente.

- ¿Que es un acosador?

- Lo que tú eres.

- Ya sueltame, soy Renjun.

- Mentira, Renjun es sólo un muñeco.

- Nunca me dijiste muñeco, solamente cuando llegue aquí.

Se quedó callado unos segundos y me miro a los ojos, nunca me habia puesto tan nervioso estando tan cerca de él, su rostro estaba a unos centímetros del mío, sus ojos buscaban algo.

- A ver "Renjun" dime cosas que tu solamente podrías saber.

- Primero ¿Me puedo sentar?

Se levantó y yo lo seguí sentandome en el piso.

- Mmm no te gustaba bañarte de chico, no tenías muchos amigos, me trajo tu tía y me llamaste juguete de niña, te gusta saltar por la ventana por las noches de los sábados, los dias de lluvia te gusta tocar la guitarra.

El chico moreno es tu primo y te lleva dos años. Dormiste conmigo hasta los 13 años. Me pusiste Ren primero y luego le agregaste el Jun.

Me miro en silencio.

- Te diría lo contrario  pero sabes cosas que nadie más sabe, nadie estuvo en algunos momentos y yo no lo conte.

Agache mi cabeza y comence a jugar con mis manos.

Se levantó de golpe y comenzó a caminar por la habilitación, miro de bajo de la cama, miro encima de los estantes, reviso los roperos y luego volvió a estar frente a mi.

- Eres tú de verdad - Dijo y se desmayó.

Luego de un rato de moverlo, golpearlo, tocarlo, empujarlo me quedé sentado esperando a su lado. Mire la hora y ya era demasiado tarde para que vaya al colegio. Su mamá tal vez habia ido a trabajar temprano por eso no entró a la habitación.

- Me duele la cabeza - Dijo con voz rara.

- ¿Jaemin? ¿Estás bien? - Me acerqué a él.

- Creí que eras un sueño - Dijo tocando mi rostro.

- Debes levantarte, te enfermaras -Le dije tironeando de su pijama.

Se puso de pie y yo lo seguí.

- Siéntate - Me señaló su cama y le hice caso.

Abrio el ropero y sacó una remera junto con unos pantalones.

Se saco su remera y dejó su dorso desnudo, yo lo miraba hasta que se dio cuenta.

- ¿Puedes mirar a otro lado?

- ¿Porqué? Yo siempre te veo cambiarte.

- Pero ahora no es lo mismo.

- ¿Porqué?

- Solo mira al otro lado ¿si?

Gire mi cabeza y mire hacia la ventana, la ramas de movían de manera rápida de un lado al otro.

- Listo - Se sento enfrente mío con la otra ropa puesta.

- Ahora, ¿Porqué estas aquí?

- Para ayudarte.

- ¿Quién te mando?

- Vine por cuenta propia.

Me miro confuso pero no me respondió. Se tocó el rostro cansado y después se quedó quieto.

- No puedo pensar con el estómago vacío, vamos a desayunar.

Se levantó y camino hasta la puerta, me hizo señas y lo seguí.

Caminar era tan raro, movia las piernas demasiadas rectas como si estuvieran congeladas. Los brazos los mantenía pegados a mi cuerpo y la cabeza bien estirada. Jaemin sólo se reía.

Bajamos al comedor, habían cambiado muchas cosas, los sillones, y la pintura, las alfombras y cortinas.

Me señaló que me sentará en la silla y lo hice.

- ¿Qué quieres comer?

- ¿Debo hacerlo? Yo no necesito comer, soy un muñeco.

- No ahora eres una persona, y como tal debes comer.

- Pero yo no lo necesito - Le contradije.

Me miro seriamente y me ignoro llendose a otro lado, volvió al ratito con un platos lleno de galletas, se fue y trajo dos vasos.

- Eso es cafe. Me señaló la taza. Y esto son galletas. Come.

- Te dije que yo no necesito comer.

Miro hacia arriba y tomo de su taza.

- Necesito que me digas porque viniste aquí.

- Porque me necesitas - le conteste.

DOLL ☆Jaeren☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora