~7~

346 17 1
                                    

Un ruido seco indicó que la fiesta de Halloween de Hogwarts había finalizado.

Los alumnos, atraídos por mi grito de terror, salían de cada clase, apareciendo en el pasillo.

Todos contemplaban acusadores a mis amigos.

Me acerqué a Ginny, pegándome a ella y cogiéndola por el brazo. 

-"Temed, enemigos del heredero." ¡Los próximos seréis los Sangre Sucias y las comadrejas!- quién había gritado esas palabras fue Draco Malfoy, quién había avanzado hasta la primera fila. 

Sus mejillas, habitualmente pálidas, brillaban con una tenue luz rosada.

-¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?- preguntó el conserje Argus Filch abriéndose paso a empujones, atraído por el grito de Malfoy.

Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara. 

-¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora No­rris?- chilló lleno de dolor el conserje.

Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en Harry. 

-¡Tú! ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!- Flich soltaba maldiciones hacia Harry, mientras avanzaba hacia él, con un dije de locura en sus palabras.

-¡Argus!- pronunció vehementemente Dumbledore, seguido de otros profesores.

En unos segundos, pasó por delante mío, de Harry, Ron y Her­mione y sacó a la Señora Norris de la argolla.

-Ven conmigo, Argus.. Vosotros tam­bién, Potter, Diggory, Weasley y Granger.- el director de Hogwarts no tenía su habitual tono juguetón, si no una voz de completa seriedad, cosa que me ponía bastante nerviosa.

-Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.- LockHart se adelantó, algo asusutado. 

-Gracias, Gilderoy.- respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud se apartó para dejarnos paso.

Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dum­bledore a paso rápido.

Lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.

Cuando entramos en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes.

Algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vis­ta, porque llevaban los rulos puestos.

El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó.

Dumble­dore dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla.

Harry, Ron, Hermione y yo intercambiamos tensas miradas y, echando una ojeada a los profesores, nos sentamos fuera de la zona iluminada por las velas, sumidos en el más oscuro y tenso de los silencios.

Dumbledore acercó la punta de su nariz larga y gan­chuda a una distancia de apenas dos centímetros de la piel de la Señora Norris.

Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos.

La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados.

Snape estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si es­tuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír. 

-Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.- LockHart argumentaba dolorosos hechizos por los que hubiera podido pasar la gata de Filch, cuyos sollozos sin lagrimas acompañaban sus comentarios.

La menor de los Diggory 2 (Draco Malfoy y tú) TERMINADA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora