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Maratón 5/6

Nos hallábamos en el extremo de una sala muy grande, apenas iluminada.

Altísimas columnas de piedra talladas con ser­pientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras ne­gras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaba en la estancia.

Con el corazón latiéndome muy rápido, me aterró escuchar aquel silencio de ultratumba. 

*¿Estaría el basilisco acechan­do en algún rincón oscuro, detrás de una columna?¿Y dónde está  Ginny?*

Saqué mi varita y avancé junto a Harry por entre las columnas decora­das con serpientes.

Nuestros pasos resonaban en los muros som­bríos.

Íbamos con los ojos entornados, dispuesto a cerrarlos com­pletamente al menor indicio de movimiento.

Me sentía observada por las cuencas vacías de los ojos de las estatuas en forma de serpientes.

Tenía la impresión que se movían.

Al llegar al último par de columnas, vi una estatua, tan alta como la misma cámara, que surgía imponente, ado­sada al muro del fondo.

Tuve que echar atrás la cabeza para poder ver el rostro gigantesco que la coronaba.

Era un rostro antiguo y simiesco, con una barba larga y fina que le llegaba casi has­ta el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se asentaban sobre el liso suelo.

Y entre los pies, boca abajo, vi una pequeña figura con túnica ne­gra y el cabello de un rojo encendido.

-¡Ginny!- grité, mientras Harry dejaba su varita en el suelo y corría hacia ella. 

Yo avancé, con la varita en mis manos.

-¡Ginny, no puedes estar muerta!- decía Harry. 

-Por favor, despierta...- le suplicaba a una de mis 2 mejores amigas.

-No despertará.- dijo una voz suave. 

Harry se enderezó de un salto y yo desvié me vista hacia la persona que hablaba.

Un muchacho alto, de pelo negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirándonos. 

Tenía los contornos borrosos, como si lo estuviera mirando a través de un cristal empañado.

Pero no había dudas sobre quién era.

-Tom... ¿Tom Ryddle?-preguntó Harry con rostro incrédulo.

Ryddle asintió con la cabeza, sin apartar sus ojos fríos como el hielo de nosotros dos. 

-¿Qué quieres decir? ¿Por qué no despertará? ¿Ella no está... no está...?- dijo Harry con desesperación, quitándome las palabras de la boca.

*Tengo la sensación de que no debo mostrarme débil con Ryddle...*

-Todavía está viva, pero por muy poco tiempo.- contestó Ryddle.

Esta vez, me miró a mí y supe lo que estaba buscando en mí.

Alguna muestra de debilidad que yo no le daría.

Por que, desde el primer instante que oí ese nombre, Tom Ryddle, desconfié de esa persona.

Esa persona que tenía delante de mí, un chico atractivo de unos 16 años, con una mirada aún más turbia y maligna que la de Malfoy. 

-¿Eres un fantasma?- preguntó Harry, dubitativo.

La menor de los Diggory 2 (Draco Malfoy y tú) TERMINADA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora