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El albino solo suspiró profundamente, era algo arriesgado y muy triste dejarlos ser tan rápido, el, al desarrollar el papel de madre se le dificultaba mandarlos como representante de la manada.

— está bien... — decidió por fin.

— ¿cuando saldremos? solo los líderes pueden autorizarnos.

— se irán mañana en la mañana, no tenemos mucho tiempo. — sonó preocupado. — iré a ver a tu padre, siento que va a tener un colapso a este paso.

El albino se fué dejando a los dos castaño, Musi y Sparta. Estos se miraron y sonrieron con un sonrojo en sus mejillas.

— i-iré a buscar las cosas que necesitamos p-para el viaje... Nos... ¿Nos vemos luego?

— m-mejor mañana, y-yo tengo que mandar una justificación a-a mi colegio, para faltar, además que t-tengo sueño — tartamudeo y salió corriendo.

El de ojos azules solo dejó escapar un suspiro profundo, amaba a ese Omega. Quería tenerlo, abrazalo, besarlo, amarlo y que fuera el Omega que le daría a sus retoños.

Pero esa fantasía se fué al volver la tierra, fué un golpe de realidad duro. Ya que casi se muere por el dolor de cabeza.

— Musi... Necesito que protejas a Andrés con tu vida... ¿Entiendes? — se escuchó una voz a sus espaldas, Víctor — mira... Si le pasa algo no tenemos un omega que dé la siguiente generación, mi novio es un beta... No podrá tener hijos.

— lo sé... Y tampoco le pasará nada, lo prometo — levantó su mirada con una decisión en mente, tenerlo por siempre.

El castaño solo asintió y se fué, dejando salir un suspiro por parte del oji azul.

[•••]

— ¡¿Está todo listo?! — gritó el castaño de ojos ámbar al de ojos azules.

— ¡Si! — revisó lo último de las provisiones.

— bien, si partimos ahora llegaremos a medio día — miraba el horizonte apenas con luz solar.

— pero... ¿tenía que ser tan temprano Víctor?

— May... Debemos llegar rápido y no dejar que anochesca.

— si tú lo dices...

Terminaron de poner todo lo que debían en  mochilas humanas, los lobos se las ponían en la espalda e iban caminando por el bosque.

Los dos castaños iban adelante, agudizando todos sus sentimientos al máximo. No querían que algún nómada o animal salvaje les quitara los suministros o hasta atacarlos.

Su viaje duró varias horas, salieron a las 5 de la mañana y estaban llegando casi a las 5 de la tarde, un viaje sin duda largo.

Pero por fin miraron al frente, pasando el gran río se podía ver los primeros árboles de tonos rojos. Miraron más arriba del río, había un establecimiento humano, con canoas y lanchas de bicicleta.

— ¿estás pensando lo mismo que yo? — le preguntó el castaño de ojos azules.

— si... Deben estar encerrados por la presencia de ese negocio. Porque más allá hay una carretera con un sitio turístico de exploración.

— creo que podríamos ir por las lanchas río abajo, si no estoy mal al final del río debe haber un receptor de las lanchas y canoas.

— y cuando estemos en un lugar no visible saltamos al otro lado... Las canoas se irán normal hasta llegar al receptor más abajo. — terminó la oración del castaño oscuro — bien pensado Muzi.

— g-gracias — tartamudeó con un sonrojo.

— bien, ¿Que estamos esperando?

[•••]

Todo salió de acuerdo al plan, si había una estación receptora más abajo, así que todo salió según lo planeado.

Se quedaron en su forma civil, su aroma era menos detectable y hasta se podían confundir con exploradores imprudentes que no le hicieron caso o no miraron el cartel de "PELIGRO, TERRENO PELIGROSO Y LOBOS SALVAJES ACECHANDO"

Pronto llegaron a unas subida la cuál solo un licántropo podría subir, los humanos caerían a los primeros 10 minutos subiendo, y los lobos normales pisarían mal y también caerían.

Todos lograron subir a salvó y encontraron un claro grande, dónde el castaño y el pelirrojo se vieron por primera vez. Pues ese recuerdo llegó a la mente del castaño y a la del pelirrojo...

Se transformaron y empezaron con las tiendas de acampar, todo ya estaba casi listo cuando otro recuerdo llegó a ambas mentes antes mencionadas.

Un recuerdo de la primera vez que se vieron frente a frente, cuando el cayó de aquel árbol.

— Sparta... ¿Estás bien? ¡Sal de tu nebulosa! — pasó una mano por su rostro.

— ¿ah? Si... Estoy bien, solo algo pensativo..

— ¿en que piensas? — se sentó y le indicó al oji ámbar que también lo haga.

— pues... — se sentó — yo crecí en estás tierras, escondido del alfa de la manada más grande del bosque rojo...

— entonces... Lo que decía Víctor era verdad

— si, ahora al estar aquí... Es como si todos mis recuerdos volvieran — ahora en su mente apareció una silueta... Estaba vestida de rojo y su cabello era varias tonos de rojo más obscuro. — además, recordar a varios individuos que me ayudaron en casi todo cuando me ocultaba.

— ¿A cuántas personas conocías?

— los que me encontraron cuando recién llegué, además que me cuidaron. Y mi mejor amigo... El siguiente alfa a esta manada... Aún que no sé si convirtió, me descubrieron antes de su revelación.

— y... ¿Crees que te encontrarás con ellos? — se acercó más al castaño que se encontraba con la mirada perdida en el pasto que se movía con el viento frío de la tarde casi noche.

— tal vez...

Bueno ahí dejaron la conversación, ya que uno de los que iban con ellos le dijo que ya estaba todo listo para pasar la noche.

— está bien, son 7 carpas, tendrán que compartir, irán dos en cada carpa.

— si señor — le contestó con respecto al castaño obscuro.

— ven vamos a cenar, no hemos comido en toda la tarde — se levantó y le ofreció la mano al castaño, lo cuál el aceptó.

[•••]

Los rayos del día empezaban a salir de entre los árboles. El castaño claro despertaba con pereza de su saco de dormir.

Miró a su alrededor, conocía ligeramente el camino hasta la aldea de los que tenían cautivos a sus cómplices.

— ir solo no creo que haga daño... — pensó.

No lo pensó mucho y solo se dispuso a irse por el camino que había distinguido antes.

Quién diría que lo seguían y pronto atraparían para llevarlo con el actual alfa...

Continuara...

Fecha de actualización: 29/05/2022

1040 palabras.

Alfa y Omega ~Spartor~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora