AVISO: Este capítulo contiene algo de Lemon.
Disfrutad!!! ;)
El resto de la semana pasó volando. Vi a Sumi el sábado otra vez, aprovechando su tarde libre para ir de compras. Yo había dejado mi trabajo de medio tiempo porque quería descansar y centrarme en las prácticas, pero ella aún iba a estar un mes más hasta volver a la universidad, donde trabajaría a medio tiempo de nuevo para poder estudiar.
Por fin era lunes, así que empezaba las prácticas como fisioterapeuta en el equipo de mi hermano. Vería a mis amigos de nuevo y le volvería a ver a él. Después de una semana. No me había atrevido a hablarle, creía que si íbamos a hablar, lo mejor sería en persona. Me puse unas mayas y una camiseta ancha de manga corta y salí de casa acompañada de mi hermano. Nos subimos en su coche y nos dirigimos al pabellón donde entrenaban. Llegamos a las 9 menos cuarto exactas, hora perfecta para entrar, dejar las cosas en el vestuario y cambiarse. Nos encontramos al entrenador, que me llevó al vestuario femenino para que pudiera dejar ahí mi mochila y me enseñó un poco las instalaciones. Me explicó que entrenaban todos los días y que, normalmente, el fisioterapeuta que se ocupaba de los chicos iba todos los días por si había alguna lesión, pero que mínimo una vez por semana masajeaba a los jugadores para ayudarles con la tensión acumulada.
Me dieron ganas de explicarle que tensa estaba yo por encontrarme con Bokuto de frente después de lo que había ocurrido, pero no dije nada porque obviamente no era algo que debiese decirle al entrenador. Me presentó al fisioterapeuta del equipo, que me explicó su forma de trabajar y las técnicas que usaba. La habitación donde tenía el material con camilla, cremas, pomadas y sprays por si ocurría algún accidente. Me enseñó básicamente cómo hacer su trabajo en una hora. Y él, bastante sorprendido de que yo aprendiese tan rápido, me dió una pequeña palmadita en la espalda y me dijo: bienvenida al equipo.
Salimos a la cancha donde los chicos estaban entrenando. Miré el reloj y eran las 10:17. El entrenamiento era duro. No sólo entrenaban técnica y juego, también le dedicaban tiempo al físico, lo que era bastante importante para un equipo profesional, pues podías ser muy bueno, pero si no aguantabas un partido, no servirías de mucha ayuda. Nos sentamos en un banco observando como los chicos entrenaban recepciones y remates. Mis ojos seguían cada movimiento de los chicos, evitando mirar a uno en concreto. En la cancha se escuchaban las voces de los chicos, los gritos del entrenador y las zapatillas contra el suelo, pero yo sólo podía oír el latido de mi corazón, que iba a mil por hora cada vez que se encontraba con la mirada de Bokuto.
Al rato de estar rematando, se escuchó un quejido por parte del chico, el cual había hecho una mala caída, haciéndose daño en el cuádriceps derecho. El entrenador nos dijo que le mirasemos por si se había podido hacer algo grave y el fisioterapeuta asintió, cogiendo a Bokuto del brazo para llevarlo a la sala. Bozu Ichigo, que así se llamaba el fisioterapeuta, le pidió a Bokuto que se tumbase en la camilla y se quitase el pantalón y el calentador que llevaba debajo. Yo aparté la mirada del chico y observé al señor Bozu acercarse a él.
- Bueno, ahora voy a moverte el tobillo por si acaso te doliese también. A veces en una caída sientes dolor en un sitio pero el daño no está solo ahí. Así que avísame si notas dolor, ¿vale?-preguntó Bozu, a lo que Bokuto asintió.
Sentía su mirada clavada en mi constantemente, pero yo sólo podía mirar al señor Bozu moviendo el tobillo de Bokuto, esperando si el chico notaba algo. Al parecer no le dolía nada esa parte del cuerpo ni ningún otro músculo más que el cuádriceps, algo bueno, porque seguramente sólo fuese un tirón por la caída.
- Te voy a masajear esta zona de aquí con una crema para que se calme el tirón y cuando llegues a casa tendrás que estirar un poco más de lo normal, ahora te diré cómo hacerlo. Pero no te preocupes que mañana podrás volver a entrenar como siempre.-dijo el señor Bozu con calma.
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Aquel 12 de abril || Bokuto Kotarō
FanficSakusa Yukine nunca se imaginó la cantidad de experiencias que vendrían a su vida gracias a una fiesta, a la cual fue obligada a ir por su querida mejor amiga. Sin embargo, no podría estar más agradecida de ello, porque todo lo que ocurre, es por al...