Capítulo 5

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AVISO!!! CONTIENE LEMON.
No puedo evitar meter escenas sexuales, me encanta escribirlas jej.

Disfruten!!!!

- Debería...estar estudiando.-dije entre gemidos mientras la boca de Bokuto hacía maravillas en mi entrepierna.

Ahí estábamos de nuevo, ambos desnudos en su cama disfrutando de la piel del otro. Llevábamos medio año viéndonos a escondidas siempre que podíamos, teniendo sexo y disfrutando de nuestros encuentros. Mi último año de carrera había comenzado meses atrás y ya se acercaban los exámenes finales, aunque aún quedaba tiempo para estudiar, siempre me gustaba empezar con bastante antelación.

Mis encuentros con Bokuto eran extraños. Quedábamos, hablábamos un poco, teníamos sexo y luego cada uno por su lado. Hablábamos todos los días por mensajes, pero nunca habíamos hablado del tema "sentimientos". Y yo lo agradecía, porque no quería leer ni escuchar algo como "esto para mí es sólo atracción física, encuentros casuales, no te quiero de una forma diferente a la amistad"

- Shh, disfruta y luego te ayudo a estudiar.-respondió bajito, continuando con su trabajo.

Su lengua se movía de arriba a abajo al compás con tres de sus dedos, que se adentraban en mi interior sin ningún tipo de compasión. Yo gemía lo más bajo que podía, evitando hacer demasiado ruido. Agarraba las sábanas con mis manos y sentía mis piernas temblar. El calor en mi vientre comenzó ha hacerse más intenso, avisando que el orgasmo se acercaba.

- Estoy... a punto.-gemí.

Bokuto paró de golpe, dejándome en el momento exacto donde estaba por terminar. Le miré con duda y desesperación y me sonrió. Cogió mi cuerpo y me puso a cuatro patas, agarrando mis brazos por detrás de mi espalda y acariciando uno de mis cachetes. Sentí la punta de su miembro en mi entrada y lo metió de una estocada. Duro y hasta el fondo. Gemí muy fuerte por el placer que me produjo aquella embestida, mordiendo la almohada para acallar mi voz. Salió de mi y volvió a repetir el proceso. La sacaba despacio y la metía de golpe. Iba lento pero intenso, disfrutando de aquel movimiento que me volvía loca. Después de unas cuantas embestidas, comenzó a subir la intensidad, gruñendo por el placer y haciéndome gemir cada vez más.

- Yuki, voy a... terminar en poco.-gruñó y salió de mi interior con un poco de esfuerzo, pues no quería parar.

Me volvió a girar y cogió mis piernas, acercándome a él. Agarró mi torso desnudo y me subió encima suyo, sentándose en la cama conmigo encima. Me sujeté de sus grandes brazos y me introduje su miembro lentamente, disfrutando de su cara de placer. Cuando ya tenía todo aquel tamaño dentro de mi, besé sus labios y comencé a moverme. Adoraba esa posición, me hacía sentir que era yo quien mandaba en aquel momento. Y ambos disfrutábamos más del otro, viendo las caras de placer y escuchando más cerca los gemidos y gruñidos que soltábamos. Aumenté el movimiento cuando me agarró del culo para subirme y bajarme por toda su longitud, sintiendo que se enterraba hasta lo más profundo de mi vagina. Y así era, podía notar que una parte de él a veces no entraba del gran tamaño que portaba entre sus piernas. Sentía que comenzaba a contraerse debajo de mi y sabía que estaba a punto de correrse, así que paré mis movimientos y la saqué de mi interior, observando la cara de decepción de Bokuto. Me levanté de la cama, con las piernas temblando por la posición y el placer, y me arrodillé en el suelo. La imagen que tenía enfrente mío era jodidamente sexy. Bokuto sentado en el borde de la cama, con las piernas abiertas para que pudiese acomodarme entre ellas, sudando, con las mejillas rojas y el pelo despeinado y una sonrisa que podría hacer que me corriese con solo observarle más de la cuenta.

Sonreí inconscientemente y agarré su miembro con mi mano, haciendo movimientos circulares en su punta con mi dedo pulgar. Me acerqué más y pasé mi lengua desde la base hasta la punta, sin apartar la mirada de sus ojos dorados, que brillaban como estrellas en el cielo. Le giñé un ojo mientras pasaba la lengua en círculos por su punta y le escuché suspirar y gruñir, echando la cabeza hacia atrás.

Aquel 12 de abril || Bokuto KotarōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora