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La pelea de gon
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Cuando entrenaba con hisoka disminuía la mayoría de mis capacidades para que no fuera tan evidente. A veces ayudaba a los chicos, sus entrenamientos eran los más interesantes, siempre lograban hacer las cosas divertidas.
De una o de otra forma me divertía, pero nada se comparaba a cuando entrenaba sola, podía ver de lo que era capaz, ya que lo hacía en lugares poco concurridos en las afueras de la ciudad. Nunca vi a nadie por ahí, sin embargo esta vez fue distinto.

El coliseo del cielo se encontraba en la República de padokia, mismo continente donde reside la familia zoldyck. Había querido ir hacia allá, ganas no me faltaban, pero no era invitada, no sabia donde quedaba y aunque estuviera parada en la misma puerta, cuál iba a ser mi excusa?.

Me dirigía hacia un prado que descubrí, era seguro entrenar aquí, estaba rodeado de bosque a las afueras de la ciudad. Eran las 6 de la mañana y estaba con unas calzas cortas y un top deportivo.
Caminando por el bosque visualice a unas personas, eran dos hombres y una mujer, tenían unas escopetas y un rifle, al parecer eran cazadores.

-hey! -los llamé y giraron su atención hacia mi.- qué creen que hacen?.

-qué te importa? -hablo el mayor de los hombres, que parecía tener unos 50 años.

-si, largate niña! -grito el otro.

En eso se escucha un fuerte ruido, al parecer la mujer había disparado.
-quién lo diría, logre darle aún con ustedes gritando jaja, par de viejos.

Dirigí mi mirada hacia donde miraba, había un pequeño ciervo moribundo a mitad del prado. Me enfade, había algo que no podía tolerar y eso era el maltrato animal. Ni siquiera lo pensé bien cuando ya estaba detrás de la chica. La tomé del cabello y mientras pisaba su espalda separe su cabeza de su cuello. No fue mucho esfuerzo, mis garras aparecieron y mientras los hombres se paraban gritandome, me acerque al más joven y le enterre mi mano en su estómago haciéndo una especie de remolino, cuando saqué esta era puro puré de intestinos. El viejo corrió, pero hubo algo que me detuvo a no seguirlo. El ciervo.

Me acerque rápidamente y volviendo a la normalidad saque con mi mano la bala, su pulso ya era muy bajo y empezaba a ponerse frío.
Si me regenero y puedo ayudar a los demás a hacerlo, será que puedo ayudarlo?. Puse mis manos al rededor de la herida de bala y me concentre en cerrar su interior. Sentí un dolor por el torso, sabía que me estaba traspasando su herida, pero era la única forma si estaba muriendo.
Al cabo de dos minutos dejé de sentir dolor. Abrí los ojos y este dio un fuerte respiro mientras se paraba rápidamente, ya no había herida, ni cicatriz, como si nunca hubiera pasado.
Mi torso ya estaba como nuevo también y mi nuevo amigo me dio una última mirada para salir corriendo por el bosque.

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Me saque la ropa de un tirón y me bañe lo más rápido que pude. Eran las 8:50, salí del baño y me vestí. Me puse unas calzas tiro alto y una polera corta, estos son los primeros pantalones que altere, les hice un hoyito y los cocí, de forma que no se viera tan feo. Había estado haciendo eso con toda mi ropa. Ahora que tenia un poco de tiempo.
Me puse mis zapatillas y salí corriendo.

Encontré a hisoka en el pasillo caminando hacia mi habitación, ya que era la única que estaba en esa dirección. - llegué!. Osea ya estoy lista, vamos. -pase por su lado y me tomo del brazo.

Ramé (HxH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora