Maldigo al destino, primero por haberme quitado a las personas mas importantes de mi vida hace 9 años. Cuando yo tenia 9 años, mis padres tuvieron un accidente de coche, un conductor borracho que conducía un tráiler chocó contra ellos quitándoles la vida casi al instante, aquello me devastó de sobremanera, mi abuela la que pasó a ser mi tutora legal me decía cada vez que me derrumbaba:
-cariño, no llores, tienes que ser fuerte, por ellos, por mí, por ti- me decía mientras me secaba las lágrimas.
Sus caricias eran suaves, llenas de amor y cariño. Desde entonces me jure ser la mujer fuerte que tendría que ser, para ello empecé a practicar thai boxing, descargar mi rabia con mi oponente en mis clases, mi maestro se sorprendió de lo talentosa que era, me empezó a inscribir a torneos y a enseñarme MMA ( mixed martial arts) o como mucho los llaman AMM, artes marciales mixtas.
Una noche, 5 minutos antes de subir al cuadrilátero y patear el trasero de mi oponente, recibí una llamada.
-cariño, estamos en el hospital, tienes que venir enseguida-dijo pepa, la vecina y amiga de mi abuela.
En ese momento mi corazón empezó a latir con fuerza, no precisamente de la excitación de sentir al bullicio de la gente fuera del camerino si no de miedo, miedo de perder la única persona que me quería tal y como yo era. Colgué el teléfono y sin importante los gritos de mi entrenador y patrocinadores, cogí mi bolsa de deporte y abandoné el coliseo donde se debutaba aquellas luchas sangrientas. Paré el primer taxi, le dije en apenas un susurro "a emergencias por favor" por suerte me escucho ya que asintió y puso en marcha el coche. Los 10 minutos que tardamos en llegar me parecieron horas, horas de sufrimiento ya que mi mente no dejaba de pensar en lo peor. ¿y si se murió? Te quedarás sola Ana, me decía mi subconsciente.
Entre corriendo tras pagar la tarifa al taxista. Pepa se encontraba sentada en una silla con el rostro escondido en su arrugada mano, sus hombros se sacudían violentamente a causa del llanto. Mi corazón dejo de latir al comprender lo que ese llanto significaba, no era de alegría por supuesto, me acerque a ella lentamente no muy segura de querer saber la respuesta a la pregunta que no estaba dispuesta hacer.
Mis manos temblorosas dejaron caer mi bolsa de deporte, el peso causó un sonido sordo por todo el lugar a causa del impacto. Las enfermeras y enfermos me miraban con curiosidad, ya que solo me había puesto un chaqueta, estaba desclaza, las manos vendadas y llevaba puesto mi pantalón corto de lucha.
Pepa levanto lentamente la mirada, sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, se abalanzo contra mi y siguió llorando en mi hombro, era la mejor amiga de abuela, no me sentía con las fuerzas necesarias de corresponder el abrazo, solo la dejé llorar en mi hombro.
-es usted la nieta de la paciente Lola flores?-pregunta alguien.
Aun con Pepa llorando, giro la cabeza, asiento hacia el doctor a la vez que que separo lejos de mi a pepa.
-si- contesto con un nudo en la garganta.
Sus ojos oscuros me miran triste, le regalo una sonrisa forzada que no llega a mis ojos, mi abuela no querría que llorara, estoy segura que se enfadaría mucho.
-su abuela ha sufrido un paro cardíaco, no hemos podido reanimarla- dice mirandome serio.
Asiento y me quedo mirando el piso quien sabe cuanto tiempo hasta que pepa coloca su regordete brazo por mi cintura y me arrastra hacia dios sabe donde.
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Una semana después estoy aquí en casa de mi abuela después del entierro donde todos los conocidos, familias, primos, se acercan a darme el pésame.
Mientras me distraigo observando a mi tía María Bennett, con la que se supone que me tengo que ir a vivir y a su esposo, ella es alta, rubia, piel blanca igual que la mía, ojos verdes, cuerpo medio deformado gracias a sus dos embarazos, pero aún así muy guapa, su marido es otra historia, no es feo pero tampoco es guapo, está en un termino medio, alto, figura descuidada, ojos color miel, cabello negro con alguna que otra cana, el es dueño de una empresa de cosmética y mi tía es su secretaria, mis primos por desgracia no pudieron venir, son los únicos con los que me llevo relativamente bien, los demás son los típicos niños mimado.
-estás bien?- pregunta mi tía parándose enfrente de mí.
-perfectamente- contesto con una sonrisa forzada.
-te va a gustar San Petersburgo- dice su marido Frederic Bennett.
No se si me agrada mudarme a Florida, realmente me gusta Nueva York.

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Adicta a ti
ChickLitÉl, bipolar, obseso del control, agresivo, tierno a veces, posesivo, protector. Ella, atrevida, extrovertida, fría a veces, aparentemente dulce, desconfiada, impulsiva. El destino los juntará y les hará ver que son demasiados igual como para se...