Adicta a ti

Capítulo 14

- te drogaron maldita sea!!!...que hubiera pasado si yo no hubiese estado ahí EH?!!!- ruge apretando los puños con fuerza - agradece que estaba ahí.

Pasea de un lado para el otro con nerviosismo, le da un puñetazo a la pared, ahogo un chillido ante su repentino arrebato.

- yo no te pedí que seas mi caballero blanco!! - grito poniéndome de pié.

Sin importarme su fulminante mirada me levanto y camino escaleras arriba, localizo el jarrón y lo cojo, como no se dónde está el baño, abro cualquier puerta, por suerte a la primera acierto.

- que haces?- pregunta Jase desde las escaleras.

Suelto un bufido consciente que él puede oírme, entro al baño y me fuerzo a mi misma por no cerrarla con fuerza, por el rabillo del ojo observo como Jase abre la puerta y se queda parado en el umbral mirándome con curiosidad, escucho su risa cuando tiro por el lavamanos mi asqueroso vómito, su risa no hace más que aumentar mi enfado, lleno el jarrón con agua, con la mirada le ordeno que se quite de la puerta, con una burlesca sonrisa se aparta levantando las manos en señal de rendición.

- no puedo creer que hayas vomitado en el jarrón chino de mi madre - dice y suelta una carcajada.

Suelto una maldición, dejo el jarrón en su lugar y bajo corriendo las escaleras, sin importarme mi vestimenta y mucho menos el hecho de que no se donde cojones me encuentro, salgo a la calle cerrando la puerta detrás de mi con fuerza, me reprendo a mí misma por no controlar mi temperamento ya que no es mi jodida casa, camino por el camino de grava sin importarme lo caliente que está y cómo me queman la planta de mis pies.

- dónde coño crees que vas vestida así?.

Me abraza por detrás y me levanta dejando a mis pies en el aire lo cual agradezco pero no se lo demuestro, en lugar de dejarme envolver por su calor y su adictivo aroma, en lugar de de hacer todo eso, clavo mis uñas en su brazo, echo la cabeza hacia atrás con fuerza, sus brazos dejan de sostenerme y caigo de rodillas con mi cabello cubriendo mi rostro.

- estás loca - dice entre divertido y enfadado con su mano cubriendo su roja nariz.

Me levanto e intento correr lejos de él pero es mucho mas rápido y me coge de la cintura, me cuelga en su hombro como un saco de patatas, pataleo y golpeo su espalda exigiendo ser soltada pero lo único que consigo es que coja el polo que se me ha subido mostrando mi ropa interior y lo baje, entra a la casa y sube directo a su habitación, en el camino veo a su madre y su hermana mirándonos desde la cocina totalmente embobadas, la sangre baja a mi cara tiñendo mis mejillas de un color rojo, dejo de oponer resistencia y me dejo llevar.

Me lanza contra la cama, ahogo un chillido, cojo la almohada debajo de mi y se lo tiro dándole de lleno en su perfecta cara borrando esa estúpida y sensual sonrisa. Aggg.

- que buena puntería Loba- dice juguetón.

Sin querer río y me pongo seria casi al instante, no puede hacerme enfadar y al minuto hacerme reír, no es justo. Me pongo de pié y lo señalo con el dedo, Jase se muerde el labio inferior luchando por no sonreír.

- joder Jase, no me hagas reír que estoy enfadada contigo- gruño bajando de la cama.

Cojo la almohada que le tiré y lo lanzo sobre la cama totalmente deshecha, no se como ni en que momento lo hizo pero ahora me encuentro tumbada sobre el piso de su habitación con mis piernas sobre las piernas de Jase y él sobre mí acunando mi cara entre sus manos.

- miralo por el lado bueno- susurra acercándose a mis labios- yo estaba ahí y pude traerte aquí.

Con una sonrisa le saco el dedo del medio, me siento extrañamente cómoda en ésta posición, debería irme a casa.