Capítulo 3

18.9K 1K 17
                                    

"-no puedes esconderte ana!!!.

La voz se escucha del piso de abajo, me escondo en mi armario, mi corazón empieza a latir con tanta fuerza que temo que ellos puedan oírlo y encontrarme, mi abuela no está, por suerte, trabaja de voluntaria en el hospital de niños. De repente las puertas de mi armario se abre de golpe, suelto un pequeño chillido por la sorpresa.

-te encontré-dice con esa sonrisa de superioridad.

Siendo luchadora de MMA lo mas normal sería atacarlo, pero se por experiencia propia que eso no funcionaría, solo lograría hacerlo enfurecer mas, por no hablar que el es más grande y fuerte que yo, sé muy bien cuando empezar una pelea y cuando eso, es una mala idea, ahora...es una pésima idea, jadeo cuando enreda mi cabello en su cayosa mano, me saca a rastras de mi escondite, me arrastra por mi habitación, lagrimas bajan por mi mejilla e impactan con violencia en el frío piso.

-que-que vas hacer?- le pregunto entre sollozos.

La sonrisa en sus labios se ensanchan de una forma macabra, como si esperase realmente que le pregunte algo como eso, había caído en su juego y el disfrutaba con eso.

-te voy a marcar de por vida- dice con una sonrisa"

-No!!!!- grito levantandome de la cama como un resorte.

El sol de Florida se filtran por entre las cortinas haciéndome saber que sólo fué una estúpida pesadilla, sudor frío recorre mi cuerpo, mi pecho sube y baja por mi respiración acelerada, aún un poco aturdida seco las lagrimas rebeldes que huyen de las cuencas de mis ojos. Unos pequeños golpes de la puerta llama mi atención, unos segundos después, dicha puerta se abre lentamente, una melena rubia se asoma, Lily me mira con esos ojos color miel.

-puedo pasar?- pregunta tímida.

Asiento con un bostezo, el sueño de antes poco a poco va quedando en el olvido. Entra con una sonrisa, vestida con un vestido blanco playero, puedo distinguir como debajo lleva puesto un bikini fucsia, se sienta a mi lado, empieza a jugar nerviosa con el anillo de su dedo anular, quito la sabana de mi cuerpo y espero pacientemente a que me diga lo que sea que me quiera decir.

-puedes acompañarme a la playa por favor Ana?- pregunta poniendo voz de niña buena.

Frunzo el ceño ante su petición, no sé porque no se lo pide a su hermano, pero la idea de pasar el día en la playa no parece una mala idea después de todo, quizás así consiga distraerme un poco, además que puedo sacar en algo en beneficio de ella, ya el moretón de su ojo casi no se nota mucho.

-vale, pero con una condición- le digo levantandome.

-lo que quieras- dice esperanzada.

-aprenderás defensa personal, yo te enseñaré- le digo mientras escojo que ponerme.

-vale- accede de mala gana, parece que haría cualquier cosa sólo por ir a la playa.

Sonrío complacida pues no me costó mucho que accediera, realmente pensé que me costaría más, aunque quizás el deseo de ir a la playa es mucho mayor de la que tiene de entrenar conmigo, pero es que esa niña necesita saber defenderse ya que parece ser que ni sus padres ni su hermano se dan cuenta de lo que pasa con ella en su colegio.

Me pongo mi bikini negro, con esto se nota el tatuaje que tengo en mi costilla y en la espalda, recuerdo que a mi abuela casi le da algo cuando lo descubrió, sin contar que me tatue la cara de mi madre en mi brazo, casi se desmaya, le di demasiados quebraderos de cabeza, encima me pongo un pantalón corto azul marino y una blusa transparente blanca con sandalias del mismo color. Cuando salgo, Lily me mira con la boca abierta.

Adicta a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora