Legado Desecho

Capítulo 26

estaba nerviosa No era propio de ella estar nerviosa. Ni siquiera podía recordar la última vez que había estado nerviosa.

No, espera, borra eso. Recordó la última vez que estuvo nerviosa. Fue cuando ella vino aquí por primera vez.

La princesa solitaria de Iwagakure dentro de un dosel de hojas. En ese momento, no podía esperar el día en que se le permitiría volver a casa.

Ahora, cuando finalmente había llegado el día después de seis años , en su decimosexto cumpleaños, estaba nerviosa de nuevo, casi deseando que alguien le dijera que su abuelo se retrasó, o que vendría unos días después debido a complicaciones. O que le habían declarado la guerra a alguien en algún lugar que haría más difícil que esto sucediera hoy .

Dios, lo que ella no daría por... sólo... cualquier cosa que pudiera ayudar.

...

... ¿Qué podría decirle al hombre? ¿A su padre? ¿Qué le dirían? ¿La querían de vuelta? Estuvo aquí durante seis años, enseñada por Leaf Shinobi. Iwa era solo un recuerdo para ella. Esta era su realidad... si no su hogar...

¿ Realmente la querrían de vuelta? Y si lo hicieran , ¿confiarían en ella para ser una ninja de Iwagakure? ¿O solo la querían de vuelta para que Koutou no la tuviera?

¿La relegarían a una herramienta para una alianza matrimonial? ¿Incluso con todo su entrenamiento y habilidad?

Ella esperaba que ese no fuera el caso. Esperaba que su familia la cuidara como algo más que una pieza en el juego político. Pero... ella tampoco estaba ciega a dónde estaba exactamente en ese campo de juego.

No estaba segura de quién era más culpable de esto. Su abuelo por hacer esa estúpida apuesta en primer lugar... o Koutou por elegirla como precio a cambio de la vida de su padre.

...

Esto fue estresante.

Caminó por los pasillos del palacio, casi evitando a todos los demás. Realmente no quería escuchar las palabras tranquilizadoras bien intencionadas de Takechio o incluso la forma extraña de Koutou de hablar en círculos a su alrededor en formas que terminaron haciéndola sentir mejor.

Ella, tal vez masoquistamente, quería que la dejaran sola con sus pensamientos.

Era más fácil prepararse para la decepción si permitían que sus expectativas de eventos futuros fueran abismalmente bajas... de esa manera solo podían llevarse una agradable sorpresa.

Desafortunadamente, en su preocupación, en realidad no prestó tanta atención como debería.

Como tal, cuando salió a los jardines del palacio y se mudó, cruzó el puente hacia la glorieta que estaba construida en medio del enorme estanque koi, buscando un poco de soledad, no se había dado cuenta exactamente de que se había arrinconado hasta que escuchó pasos. acercándose a su espalda.

Se giró, con los ojos un poco cautelosos, no por miedo sino más por exasperación, con la esperanza de que cualquiera de las dos o tres personas que caminaran hacia ella así, simplemente captaría la indirecta y se daría la vuelta.

No hay tal suerte. Takechio sonrió cautivadoramente un pequeño plato con pasteles Daifuku y se lo mostró como una ofrenda de paz. Lo cual era, dado su gusto por lo dulce.

Ella frunció el ceño.

Eso no era justo... y él también lo sabía .

"¿Te gustaría un poco?" Preguntó con una sonrisa agradable de dientes blancos perlados.