¡¡LA SEGUNDA VIDA DE UN HEROE RETIRADO!! (izuku en mushoku tensei).

* CAPITULO 9 *

Izuku abrió la puerta de la oficina del director, el cual los estaba esperando. Casualmente, su mirada se centró alrededor de las paredes decoradas de pinturas de grandes hombres, fornidos y duros de expresiones. Parte de los espacios se encontraban repletos de vitrinas llenas de esqueletos de criaturas extrañas que izuku desconocía, hiervas con fragancias exquisitas y objetos que relucían como luciérnagas, presuntamente intuyéndose como reliquias mágicas. El director, sentado en su gran asiento, ubicado en un punto donde podría darse la vuelta y observar la vista de su escuela a trabes de las grandes ventanas que se encontraba a sus espaldas. Izuku se adelantó, llegó hasta el gran escritorio lleno de papeles en el que se encontraba el director, muy concentrado en sus asuntos.

- Así que tu eres el hijo de paul. Izuku greyrat. – el director habló, dejando de lado la escritura, para sentrarse en izuku. Dándole una mirada completa, asintió con la cabeza. – tienes muchos rasgos de ese niño malcriado. Y eres muy grande considerando que solo tienes 7 años muchacho. – el director elogió.

- Gracias, supongo. – izuku dijo, mirando un mural en donde se encontraba un montón de imágenes de personas especiales, según lo que había leído en las iniciales. Dentro de todas esas imágenes, paul se encontraba allí, luciendo muy rebelde, y un poco engreído incluso. – supongo que tiene mucha historia con mi padre, señor. – izuku apreció.

- Jo. Mucha historia de hecho. Este viejo nunca pudo poner en cintura a ese muchacho. Paul pudo ser nuestro orgullo nacional. Pero era demasiado rebelde, y no hacía caso a sus maestros. – el anciano dijo, mientras se levantaba de su asiento, y caminaba hacia el mural. Hombres, y posteriormente mujeres se encontraron plasmadas en cada cuadro que se encontraba adornando la imagen. Izuku tubo que concederle algo al anciano que era el director. Era muy fuerte, y muy alto. Fuera del sentido común de un jefe académico en este mundo, este no llevaba ropa lujosa, como túnicas de gran beneficio. De hecho, este viejo llevaba una armadura blanca, del cual izuku no estaba seguro de que estaba hecho. En sus cintura, portaba dos espadas altamente relucientes, casi pareciendo diamantes. Al parecer el anciano era un gran combatiente usando los reflejos que proporcionaba cualquier tipo de luz, y por lo que decía la carta, este anciano le llamaban el destello cegador de la muerte. Considerando que era un emperador avanzado del estilo del dios del norte, su forma de lucha era altamente ventajosa si se ejecutaba bien.

- Paul me dijo que eras bueno con la magia, y que tenías un talento natural para la lucha cuerpo a cuerpo. – insinuó el director, acercándose a izuku.

- Se podría decir que me defiendo. – izuku confirmó. El director sonrió. Luego se dio la vuelta, juntando sus manos en señal de contemplación. Hoy seria un buen día, lo sentía en sus viejos huesos de 75 años.

- Hijo, mi nombre es juius almerack quinto. Soy el director de esta academia por mas de 30 años. También soy conocido como el destello segador de la muerte, no es que mi honorifico sea tan importante en comparación a los dioses del estilo, o los 7 seres mas poderosos de este mundo. – decía el director, adentrándose mas a su escritorio, dándole una llave. – para empezar, nuestro sistema de educación es diferente de los demás. Su participación serán sus prácticas en la espada. Sus exposiciones serán sus excursiones de lucha. Sus exámenes serán sus duelos, y su nota final será su avance, o el rango que logre a fin de año. – el director decía, mientras caminaba hacia la puerta. – aprendera aritmética, nobleza, y aristocracia. Y caballerosidad. Saldrás como un alto caballero con nombre y voz de esta academia, y tendrás los privilegios de un noble en asenso, privilegios que tu padre rechazó. Pero bueno. Para darte la bienvenida a esta academia, haremos una pequeña demostración, con el fin de evaluar tus habilidades, y así asignarte a un curso correspondiente. – y habiendo dicho esto, Abrió la puerta. – sígueme. – pidió, saliendo de la oficina. Izuku lo siguió, caminando de manera apresurada. Almerak daba pasos muy largos y bien ejecutados, como la de un soldado.