Capítulo 6

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Caída

Un jóven hermoso corría con euforia fuera del bosque.

Tres faisanes colgaban de sus hombros y una melodía feliz salia de sus labios curveados, su cabello se encontraba atado con una muy bonita cinta roja en una larga cola de cabello, la cual se balanceaba de un lado a otro con cada pasó que daba.

Sus ojos color luna tenían un brillo hipnotizante y sus mejillas sonrojadas resultaban encantadoras al igual que su sonrisa.

Sin duda alguna, Wei Ying se había convertido en un jóven demasiado hermoso. Era la mezcla perfecta de Wei Changze y Cangse Sanren, no sólo había heredado la belleza de ambos sino que también su inteligencia, convirtiéndose en el discípulo principal de la secta Yunmeng Jiang por sus habilidades excepcionales.

Wei Ying estaba radiante, y es que solo faltaba un día para su cumpleaños número dieciocho y de alguna manera había convencido a Lan Zhan de regalarle un vino que viene de la "Luna" —porque sí, ya habían pasado unos seis años y aún no lograba averiguar dónde vivía— pero aún sabiendo que aquello no era verdad, no podía evitar estar emocionado.

¡Adoraba todos los regalos que Lan Zhan le daba en su cumpleaños!

Por ello no podía evitar casi saltar de la emoción.

—¡Wei Wuxian! ¿Vienes a comer con nosotros? —pregunto su shidi más jóven cuando pasó junto al puesto donde acaba de vender los faisanes.

—¡Será en otra ocasión muchachos! Jiang Cheng y yo iremos de casería está noche —les respondió con una sonrisa brillante mientras tomaba entre sus manos su pagó, antes de guardarlo y despedirse con efucividad, dejando a su shidi hecho un manojo de nervios.

Wei Ying era consiente de que llamaba la atención de muchos cultivadores, las chicas siempre le daban flores y los hombres siempre querían pasar tiempo con él. Realmente no le molestaba, ni siquiera le interesaba, ya que a la única persona que quería conquistar era a Lan Zhan, solo que aquello parecía ser misión imposible.

Había hecho de todo, lo alagaba, se colgaba de él, le había dado flores y semillas de loto, incluso se le llegó a insinuar, pero aquel hombre nunca dió ninguna señal de estar interesado, siendo siempre tan frío como un muy atractivo témpano de hielo.

«Quizás tiene pareja» —pensó desanimandose un poco, más al recordar que por alguna razón, en las noches de luna nueva, Lan Zhan no aparecía.

Siempre estaba ocupado esas noches y apesar de no ser pareja o algo así, el ojigris no podía evitar sentirse sólo.

Por eso hoy había decidido distraerse con Jiang Cheng, ya que en la noche, no podría ver a Lan Zhan.

Cómo odiaba las noches de luna nueva.

Aún sumido en sus pensamientos, avanzo hacía el Embarcadero del Loto de forma automática, ya que conocía tan bien el camino que podría vendar sus ojos y aún así no tropezar.

Al llegar se asomó por una puerta, dónde divisó a su madre dando clases a los más pequeños, mientras que justo afuera su padre enseñaba a los discípulos de más edad el uso de la espada.

Ambos eran un gran equipo, por ello él se había esforzado el doble en su entrenamiento, necesitaba demostrar que estaba a la altura de las habilidades de sus padres y que se había ganado el puesto porque de verdad se lo merecía, no porque tuviera el favor de su padre o de su tío.

Wei Ying decidió que no quería interrumpir a ninguno de los dos por lo que simplemente comprobó que estaba anocheciendo y que por ello debía alistar pronto lo que se llevaría para la cacería nocturna.

Una Luz En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora