ℕ𝕦𝕖𝕧𝕒 𝕖𝕤𝕔𝕦𝕖𝕝𝕒

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—¡Niños, silencio! —la maestra intentaba calmar a los pequeños —Ella es Tn su nueva compañera —sonreiste alegremente, aunque te encontrabas muy nerviosa por ir a una nueva escuela

Tu familia se había mudado a un nuevo vecindario, ahí la escuela quedaba a tan solo unas cuantas cuadras. Te emocionaste al escuchar a tu papá diciendo que él o tu mamá te llevarían caminando a la escuela y en el camino no soltarian tu mano, saltaste de alegría al escucharlo, pasarías más horas con tus padres.

El tiempo paso muy rápido hasta llegar a la hora del recreo.

—Tn —te encontrabas sentada en tu pupitre cuando un niño se te acerco — ¿quieres jugar con nosotros? —tus ojos se iluminaron, habias estado esperando poder ir al patio de juegos con los demás desde que viste la enorme resbaladilla y los columpios

—¡Si, vamos!

Pasaban los días y se podía decir que te iba muy bien, tenías muchos amigos y siempre salian a jugar a la hora del recreo pero habia algo que llamaba tu atención  te causaba curiosidad, mientras los demás niños salian a jugar y a disfrutar sus almuerzo, habia alguien que no.... era Michael, él nunca salia a jugar, a veces salia pero solo a comer mientras observaba a los demás y en todo este tiempo no lo habias visto hablar con nadie, hacia que te preguntaras el por que era así. Al preguntarle a tus amigos sobre él, todos se quedaron callados y aunque eras pequeña notabas la incomodidad que el tema causaba, aunque más tarde te dijeron el porque, los demás niños creían que era "raro". Así que decidiste acercarte.

—Michael ¿verdad? —te acercaste a el tímida —Y-Yo soy Tn —acercaste tu pequeña mano a él en forma de saludo y cerraste los ojos con fuerza por la pena mientras esperabas que Michael aceptara tu saludo.

Michael por su parte quedó muy sorprendido. Hace tiempo que nadie le hablaba.

Por los nervios, tenias una cara muy chistosa. Michael tomó tu mano, tu al sentirla abriste los ojos de a poco. Al abrirlos notaste una pequeña sonrisa en él, lo que hizo que te alegraras bastante o al menos hasta que abrió la boca...

—Tienes una cara chistosa

—¡¿Qué?!

Desde ese día fue cuando comenzaste a saludarlo a todas horas, él apenas te devolvia el saludo pero ya era algo, aún no lo convencias de salir a jugar o de convivir con los demás niños, pero ya lo resolverían.

Un fin de semana notaste que Michael sabia andar en bici, veias por la ventana de tu habitación y lo viste, de inmediato corriste escaleras abajo y le pediste a tu papá que te comprara una, así podrían jugar juntos, pensaste alegre y lo más importante, ¡eran vecinos! ¿cómo es que no lo habias notado antes?

Al otro día. Tomaste tu bici nueva y te encaminaste a la casa Myers, temerosa te paraste delante de la puerta, te paraste de puntitas e intentaste por varios minutos tocar el timbre, al no alcanzar el timbre estiraste tu brazo para tocar la puerta y antes de que tu piel hiciera contacto con la madera dudaste en si era buena idea. Toc toc, alguien abrió la puerta.

—Hola señora Myers, Me llamo T/N y soy amiga de Michael —diste una larga pausa, se te olvido a que ibas —... ¿está Michael?

—Si T/N, ahora lo llamo -la madre de Michael entro a la casa y llamo a su hijo, quien salio de inmediato

—¿Qué quieres?

—Mi papi me compró una bici nueva...y tú tambien tienes una asi que ¿quieres jugar?

—No

—Entiendo, en ese caso —al oir la respuesta de Michael te decepcionaste un poco, asi que de tu pequeña mochila sacaste una bolsita rosa con una calcomania de carita feliz —Toma, mi mami horneó galletas —extendiste la bolsita hacia él y el desconfiado la tomó

Bubblegum (Michael Myers x T/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora