𝐆𝐨𝐝 𝐢𝐬 𝐠𝐨𝐧𝐞

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┊Eleventh act
┊℘ The New Heaven

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—Lo has hecho, Seina

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—Lo has hecho, Seina. Lo has conseguido. Estoy tan orgulloso de ti. Me alegro tanto de que estés por fin con nosotros. Ya no tienes que preocuparte de nada más. Déjanoslo todo a nosotros. —Escuchó cerca de su oído mientras Jisung la abrazaba con gran fuerza, consiguiendo presionarla con efectividad a su pecho. Pronto su tío giró desde el asiento de delante para acariciar su cabeza y echarle los brazos encima, casi estático por volver a verla en persona.

—Madre mía, que grande te ves. Ya eres toda una mujer, no eres esa niña que conocía la última vez que vi. —Habló mientras examinaba su rostro con los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Al igual que su amigo, que iba a su lado. —Estoy aquí a tu lado, no voy a dejar que te vuelvan a llevar. Te lo juro por lo que más quieras, Seina. —Colocó su mano en su propio pecho mientras entonaba cada palabra con gran emoción. 

—Volvamos a casa, debe de haber sido un día agotador... ¿Qué digo? Una semana horrible. Por fin vas a poder dormir tranquila. — Jisung repitió mientras apoyaba su cabeza encima de la suya. Cuando recordó algo se metió rápidamente la mano en el bolsillo. —Toma, te he traído los dulces que te gustan. —Al ver las golosinas los ojos de Seina se perdieron en sus manos, abrazando los presentes completamente agradecida, aunque aún fuera de sí misma por el impacto que tenía para ella misma saber que era libre y estaba lejos de aquella pesadilla. 

—Come, come. —Su tío la alentó al ver que no reaccionaba ante las palabras de ninguno de ellos dos. Por lo que le abrió uno de los dulces y se lo acercó para que esta finalmente aceptara salir de su mundo y darle un bocado a la barrita de chocolate que le había llevado Jisung. 

—Debes de estar sobrecogida. —Changbin habló por primera vez al conseguir entrar en la autopista, definitivamente perdiendo de vista el horrible bosque que la mantuvo encerrada todos esos años. Seina afirmó con su cabeza.

—Aún no me lo creo, es surrealista. —Confesó para seguir comiendo, mirando sus pies, los cuales reposaban sobre el asiento del coche. Jisung frotó sus mejillas en su cabello, despeinándola en el acto.

𝐑𝐄𝐈𝐍𝐄〡Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora