𝐀𝐢𝐝, 𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞 𝐦𝐞

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Fourth Act
┊℘ Icarus and the sun ³

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— Changbin, soy Seina

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— Changbin, soy Seina... — Dijo en voz baja mientras ahogaba un sollozo en su garganta. 

El chico se quedó petrificado. Aquella mañana Chris no estaba en el taller, no le tocaba hacer un turno de tarde, por lo que solo Changbin estaba disponible en ese momento. Changbin miró el telefonillo del despacho y tragó saliva, aquella chica conseguía que le entrara el mayor de los terrores. 

— ¿Seina? ¿Qué estás haciendo? ¿No se suponía que estabas encerrada en una casa en la montaña? ¿Cómo has conseguido llamarme de nuevo? — Preguntó mientras cerraba la puerta del despacho en un ataque de nervios. La chica sorbió su nariz, mirando el vendaje de su mano, lleno de sangre, producto del corte que ella misma se hizo al intentar hacer entrar en razón a Jeongin.

— Es una historia larga, en realidad. No creo que tenga mucho tiempo de hablar. Esta gente está constantemente sobre mí. No me dejan mucho tiempo sola, y si desaparezco por un tiempo comenzaran a buscarme. — Le informó mientras se levantaba para comenzar a andar por el baño. Se detuvo frente al espejo y dejó la mano sobre la superficie cristalina. — Quédate con que he conseguido apropiarme de este teléfono con el que te estoy llamando. — Pidió que fuera consciente de sus palabras mientras se llevaba un par de dedos a la boca.

— Aún así... Esto ¿Qué estás haciendo? Te escuchas aterrada... Veo que las cosas no van bien por allí. — Ella comenzó a negar tan pronto lo escuchó.

— Por supuesto que aquí nada va bien, Changbin... He estado durante días atada a una cama. Me duelen los brazos, las piernas, la espalda, el cuello... — Enumeró mientras veía su cuerpo demacrado en el espejo. 

— ¿Cómo? ¿Qué te han tenido atada? ¿Ese no iba a ser un lugar de paz? — Preguntó asustado mientras se imaginaba a la pobre chica en esas condiciones.

— Tu paz y la suya no es la misma. — Contestó para sentarse de nuevo encima de la tapa del retrete. — No pude callarme, me alteré... Realmente su forma de pensar, el tener que escucharlos hablar siempre de lo mismo, me hace daño, me enfada... Así que acabé pasándome de la raya, y me ataron al colchón de mi cama hasta hoy. — Confesó en susurros mientras apretaba el teléfono en sus manos.

𝐑𝐄𝐈𝐍𝐄〡Bang ChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora