❹ ( ⓵ ) 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐄〡❝─Ellos no ven que ese lugar al que llaman cielo, es el mismo infierno...❞
❝─Solo quien está en peligro necesita ser salvado, y no hay peligro alguno aquí.❞
#𝐑𝐄𝐈𝐍𝐄 ꗃ ʙᴀɴɢ ᴄʜᴀɴ ᵎ
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— ¿Puedes creerte el escándalo que montaste ayer? ¿Crees que puedes ir haciendo esto? Los creyentes están conmocionados, nerviosos... Seina ¿A qué estabas jugando? — El padre apoyó sus dos manos sobre el espaldar de la silla de su escritorio. Estaba de pie mirando a la chica que estaba sentada justo enfrente de él. El señor Jung y LeeSung estaban a ambos lados del Padre, inspeccionado la actitud de la chica, quien se mostraba serena y callada, no había dicho ni una sola palabra desde que entró en la habitación — ¿Puedes hablar o has hecho un voto de silencio? — La chica cerró los ojos al escuchar la última pregunta.
— Yo solo estaba haciendo lo que nuestro señor pedía. — Sonrió y abrió los ojos. Se cruzó de brazos y soltó una pequeña carcajada seca. — Quería ver también cuanto poder tiene la sugestión de un rebaño de ovejas asustada. Y no voy a engañaros, ha sido bastante interesante ver a que niveles creen en todo lo que puedo decir por ser su salvadora. — Miró sus vendas y después suspiró — Soy consciente de que aún no he recibido mi educación y que he mentido, pero vamos... Todo ha sido por amor al conocimiento... Para ellos, ahora, soy un motivo para levantarse cada día... No le quitéis la ilusión. — Frunció el labio, haciendo un puchero y después soltó una pequeña carcajada.
— Seina ¿Eres consciente de que ninguno de los tres creemos una palabra de lo que dices? — La chica los miró sonriente al escuchar eso salir de la boca del señor Jung.
— Que va, sois cuatro... Vuestro querido Minho tampoco se fía de mí... Fue un juego sucio mandarlo a él. Creía que teníais miedo de que me relacionara con otros hombres, pero lo habéis mandado a él después de todo. — Abrió los ojos como platos, mientras atravesaba sus cuerpos con las orbes negras que eran sus ojos. — Nunca lo perdonaré, nunca perdonaré lo que me habéis hecho... El tenerme atada a una cama, como un animal salvaje. Obligarme a comer, obligarme a ponerme de rodillas para pedir perdón... No lo voy a olvidar. — Dijo lentamente, marcando con un tono gélido cada amenazante palabra que salía de sus labios cortados.