-Mami, ya estoy listo! - Mica salto de el escalón número 4 y camila apretó los ojos. Su hijo era un intrépido - Ahora tu Mickey!
Y el pequeñín salto, del escalón segundo pero sintió como si hubiera saltado desde el inicio de la escalera.
Sonrió y chocó las palmas con su hermano.
-Mickey sabes que debes tener cuidado - Camila siempre era más protectora con su pequeño ángel
-Mamá mick es igual que yo y puede hacer todo como lo hago yo. - Hablo mica tomando su mochila deportiva - El tiene la capacidad verdad?
Recordó las mismas palabras que ambas mamás siempre les decían. Ahora tenían 9 años, camila apretó los labios para que no le temblara.
-Tienes razón mi amor - le sonrió a sus hijos - Ahora vamos que mami ya nos está esperando
-Y allice? - Pregunto Mickey
-Esta en el auto con mamá.
Apenas escucharon eso ambos niños corrieron al auto, mica cargando los bolsos de ambos y dejándose ganar en la carrera por su hermano.
-Mickey, vas hacer goles hoy?
-Sí! - sonrió el pequeño - Mica me ayuda, 5 goles
-Es por que somos los mejores. - Mica era un poco engreído. Pero era tan buen niño que cualquiera lo querría de hijo.
-Estas segura que no tendrás problemas si faltas al trabajo hoy? - camila volvía a repetir
-Todo está bien amor. Soy la jefa.
Los niños estaban en un equipo de fútbol y cada sábado tenían juego por la mañana, así que Lauren no se perdía ningún juego.
Se paraba en la línea de campo y se volvía loca gritando y guiando en las jugadas a ambos niños. Mucha gente llegó a pensar que era la entrenadora
Se ponía histérica, brincaba y pataleaba en cada jugada. Los niños que formaban el equipo no tenían más de 11 años y adoraban a Lauren quien patrocinaba todo lo necesario, desde uniformes hasta bebidas hidratantes y comida.
Incluso algunas mamás estaban interesadas de más, viendo lo fantástica que se veía Lauren con shorts deportivos.
-Lauren, siéntate. - La ojiverde parpadeo
-Pero los niños... - Al ver la cara de brava que camila tenía decidió ir a sentarse
-Mami, las señoras te miran mucho! - gruñó bajito Alice. Camila sonrió complacida y Lauren hizo una mueca con la boca. Su hija y camila eran tan celosas que daba miedo.
-OK. - Sentada y tranquilita se quedó.
No le gustaba alterar a sus chicas.
Menos si alice no temía en pelear por ella. Como la vez que camila las envió al super y una mujer anciana que realmente necesitaba ayuda le pidió a Lauren que le bajara un enorme costal de comida para perro, cuando Lauren le ayudó la señora tuvo a bien decirle unas lindas palabras
-Gracias hermosa señorita. - Fue todo. Alice llegó a casa y contó una historia de novela
-Y le dijo que era la más hermosa y que que, qué quería que le llevara el costal a su casa por que estaba sola.
La niña era bastante dramática.
O cuando celaba a sus hermanos.
Mica por supuesto qué sería un niño muy guapo, tenía una sonrisa hermosa y esos hoyuelos iban a derretir a todas las mujeres. Era idéntico a Lauren, hasta en sus gestos y su forma de caminar.
Mickey era todo amor y sonrisas, tenía un encanto secreto que más allá de causar ternura por su síndrome, podía llegar a tocar los corazones de los demás por su inteligencia y su desenvolvimiento social. De ojos grises, pecas en la cara y el pelo castaño claro, hoyuelos y sonrisa tierna.
Alice era la versión miniatura de camila pero con la piel blanca y el pelo rubio. Ojos verdes y muy risueña y celosa.
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Las mañanas para Lauren y camila eran de muchos besos, se despertaban entre abrazos y caricias y una sonrisa se posaba en sus labios.
Aquella mañana de domingo no había sido diferente.
Camila estaba contra el pecho de Lauren y está la rodeaba con brazo encima de la cintura y otro bajo su cuello. La mano en el vientre plano de su esposa, camila sentía el cálido y tranquilo resoyar de la respiración en su cuello
Con las yemas de los dedos camila dejó caricias suaves en el brazo de su mujer, acariciando hasta llegar a su mano y entrelazar los dedos. Relajo el cuerpo buscando caer en un agradable sueño, pero Lauren se movió, buscando ajustar su cadera contra el culo y camila sonrió al sentir como con una simple caricia en el brazo Lauren se había puesto dura y estando dormida buscaba tallarse en ella.
Camila se dio la vuelta y elevó una pierna sobre la cadera de Lauren haciendo que sus intimidades se acoplaran encima de la ropa interior. La morena besó el cuello de Lauren y luego su barbilla a la cual mordió suave y sintió como Lauren apretaba su agarre en la cintura
-Amo los despertares contigo, amor - Hablo Lauren con la voz ronca.
-Y yo te amo a ti, mi vida - Camila coloco a Lauren debajo de su cuerpo y en movimientos rápidos le sacó la ropa, yendo directamente a sentarse sobre la ereccion que se fue internando en ella.
Eran como a las 8 así que sus hijos sabían que los domingos eran de flojera extrema y se quedaban dormidos hasta tarde, por lo que la pareja tuvo tiempo suficiente para hacer el amor y bañarse juntas.
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Ya casi viene el final.