Capítulo 86 División (4)

528 120 8
                                    

El puerto del Este era un lugar donde solían atracar una gran cantidad de barcos. Irónicamente, se abandonó un muelle en el puerto de Maricca, el puerto más activo del este. 


El lugar ya estaba medio abandonado cuando los grandes barcos comenzaron a trasladarse a los muelles recién construidos, pero el mayor contribuyente a su abandono fue la tarifa mínima y la falta de gestión que había recibido. Y por eso, se convirtió en un lugar frecuentado por contrabandistas y delincuentes.


―¿Llegaste?


Un hombre de cabello azul miró a otro hombre cubierto con una túnica.


―¿Qué demonios? ¿Qué pasa con ese atuendo? ¿Eres un asesino?


El hombre tenía la boca cubierta por una máscara debajo de la túnica, pero tal vez todavía no estaba contento con su tapadera ya que incluso usaba unas gafas. El hombre completamente cubierto luego se acercó al de cabello azul.


―¿Por qué no te quitas esa bata? ¿Vas a hablar así?


―Solo dime tu negocio.


―Tan malhumorado.


El peliazul frunció el ceño, podía sentir claramente la hostilidad del hombre que vestía la túnica.


―No estoy haciendo esto contigo porque quiera.


―...Yo sé eso.


―Joo... Bien. En este momento, ni siquiera creerás lo que diga de todos modos. Te diré lo que vamos a hacer a partir de ahora.


El peliazul suspiró mientras sacaba algo.


―Estos son nuestros planes futuros.


El hombre permaneció en silencio mientras aceptaba el papel. El peliazul siguió hablando como si supiera que esto sucedería.


―Como ves, la territorialización en la Isla Fantasma ha terminado.


―Entonces...


―Así es, la grieta dimensional explotará pronto.


El hombre guardó silencio una vez más al escuchar las palabras del peliazul.


―Estaremos ocupados de ahora en adelante, por lo que tienes que informarnos lo que sucede en el Comando Este en tiempo real.


―Entiendo.


―No lo olvides, los bastardos del Puerto Maricca son enemigos de tu padre.


―Lo sé.


El peliazul asintió con un suspiro cuando escuchó que el hombre bajo la túnica le respondía con los dientes apretados.

HMDEAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora