Capítulo 9

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Capítulo 9

Kelly

Dios mio, aun estoy eufórica por que me haya traído a este parque de atracciones tan divertido.

La verdad es que pensé que me había traído a dar una vuelta por la montaña, pero en cuanto me dijo dónde estábamos me fascinó.

Llevamos medio día aquí y me lo estoy pasando de fábula. Hemos montado en varias atracciones y de momento no me he atrevido a entrar en la casa encantada. Su nombre es tan espeluznante que ya me dan escalofrios, Hotel Krüeger se llama.

A la hora de la comida nos decantamos por el bar de la estación, donde he leído por internet que hacen unas hamburguesas buenísimas.

Estoy acabando de dar el primer bocado cuando Ezaiah me pregunta.

- Supongo que acabarás entrando en el Hotel Krüeger ¿ Verdad ? .

- Dejame comer tranquila, anda.- Le digo mientras intento masticar esta delicia.

- No serás tan cagada de no entrar allí, ¿ no ?.- Comenta como si nada mientras yo estoy empezando a asesinarle con la mirada.

- Por si no te habías dado cuenta, me dan miedo las películas de terror. Para qué quieres que entre ahí, ¿ para que me de un infarto ?.- Farfullo mientras le doy otro bocado a la hamburguesa de bacon y queso que me había pedido.

- Estoy aquí para protegerte. Si entramos juntos, te prometo que no dejaré que te pase nada malo.- Su promesa me gusta, me hace sentir bien. Aunque no estoy muy convencida de querer entrar.

- Entraré con una condición.- Anuncio mientras una sonrisa traviesa salía de mis labios.

- Sorpréndeme.

- Si quieres que entre allí, deberás llevarme a conocer a tu abuela.- Indico con una sonrisa en los labios y un brillo en mis ojos .

- Ni hablar. Lo siento señorita, pero no. No vamos a ir a ver a mi abuela.- Señala para acto seguido meterse una patata en la boca.

Se que no debería pero no puedo evitar mirar como esa patata acaba entre esos labios que me muero por probar. Miro como la mastica y daría lo que fuera por que lo que mordiera fueran mis labios. Por dios, tengo que dejar de pensar así por que me esta subiendo un calor impresionante.

- Pues te quedas sin entrar a ese sitio.- Sentencio intentando cambiar este pensamiento que me tortura.

- De acuerdo .- Concluye para seguir comiendo tan tranquilo.

No se que me pone más de los nervios, que no haya cedido o que no pare de comer mirándome fijamente.

El día transcurre genial. Nos hemos subido en todas las atracciones, incluso en alguna hemos repetido. Al ser un día entre semana no hay tanta gente y eso está mejor. Menos colas.

Antes de irnos, intento hacer una jugarreta con la intención de que me salga bien. Le llevo hasta la entrada del Hotel.

- Vaya, que casualidad. Mira dónde estamos .- Intento sonar lo más sorprendida posible, pero no lo consigo por cómo me está mirando.

- No vas a conseguir que te lleve a ver a mi abuela, así que, si quieres entrar, será sin esa condición .- Farfulla mientras pone los ojos en blanco.

- Venga hombre, que te cuesta. ¿ No crees que se enfadará si sabe que hemos venido hasta aquí y no has pasado a verla ? .- Pregunto con la esperanza de ablandar ese corazón que parece de hierro.

- No sabe que estamos aquí.

- Que mal nieto, venir hasta aquí y no decirselo. Yo no haría algo así.- Le informo intentando hacerle sentir mal.

Mi sombra y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora