~Deja vu, conexiones y fantasmas~

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El sol finalmente había caído sobre el lienzo multicolor que el cielo pintaba desde aquella ventana de tren. Si bien era una vista preciosa, no era lo más bello que había visto Horacio ese día.

Desde el reflejo del cristal, se dedicó a contemplar la figura de aquel hermoso y distraído desconocido que le había prestado su ayuda minutos antes. Su imagen reflejada sobre la suya con aquel anochecer era simplemente una obra de arte maravillosa.

A Horacio le encantaba soñar. Era un soñador desde niño. Y un romántico sin remedio de adulto.

Estaba fantaseando con un desconocido de tren en su cabeza, para lo que no podía faltar el soundtrack perfecto para aquella imaginaria escena. Crear escenarios falsos al ritmo de la música era su segundo pasatiempo favorito después de tocar su guitarra, claro está. Y ahora mismo se sentía como en una película romántica.

Sin embargo, no era ingenuo. Conocía bien que vivía en la realidad. Y que aquel muchacho era solo un desconocido más de los muchos de los que se han sido objeto de sus sueños durante algún viaje.

Pero bueno, soñar era gratis. Además, le ayudaba a sanar la crisis sentimental por la que estaba pasando desde hace tiempo ya. Incluso distraerlo de los problemas familiares que afrontaba día con día.

Una alerta de su teléfono interrumpió la burbuja de sus sueños y lo trajo de vuelta al mundo de los vivos. Decidió ponerle pausa a su música.

Ahora con la oscuridad de la noche dentro de aquel tren, su rostro solo era iluminado por la luz de su pantalla.

Deslizó su pulgar por la pantalla táctil, dejando mostrar la imagen que tenía de fondo de pantalla: Una selfie suya con Charlotte, ahora una mujer mucho mayor, sosteniendo lo que parecía el hot dog más largo del mundo entre ambos. Madre e hijo esbozando una sonrisa divertida en aquella foto.

Después de unos segundos, la pantalla logró mostrar el mensaje de un tal "G" que sobresalía en su bandeja de entrada.

"Cabrón, ¿dónde estás? Mira la puta hora y nosotros sin ensayar"

Horacio sonrió y decidió responder inmediatamente. El suave pero notorio sonido de cada tecleo era ahora lo único que resonaba en aquel silencioso pasillo de tren.

"De camino. Ya pronti m,e bajo"

La alerta de un nuevo mensaje entrante llegó casi en breves de haber enviado su última respuesta.

"Vuelves a llegar tarde al ensayo y el papu te cuelga, eh. Mira lo que me ha costado convencerlo de darnos un segmento una noche de viernes. No la cagues"

"Caaaalmaaaa, to'o controlado"

"Ah sí, cómo la última vez, ¿no, mamahuevo?"

Horacio rió para sí y decidió no responder más. Sin embargo, otro mensaje de "G" entró a su teléfono.

"De todas formas, ¿dónde te habías metido? Mira que irte así el día que tenemos presentación. Hay dinero en juego esta noche y lo sabes"

"Estaba visitando a mi madre, ya lo sabes. pero sigue rreclamandome y verás cómo me quedo con el tipo giapisimo que tengo al lado en eltren y no mr tendras qje erdperar esta noche en xasa 😝"

"Joder, Horacio ¿Quién es el pobre diablo ahora? o la pobre"

Horacio rió con la respuesta de su mejor amigo. Él conocía muy bien su mal hábito de esos enamoramientos soñadores, y normalmente, fugaces. Nada serio. Pero amaba seguirle el juego.

Decidió seguir con la broma.

"Un principe azuk que me ayudó con mis maletas ahora kás tekprano ;P "

Different Songs [Volkacio AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora