Era un caluroso sábado por la mañana, si bien el verano había pasado ya, las mañanas de otoño en Los Santos podían ser calientes, mientras que las tardes más frías.
Aleks pasó a la cocina para servirse un vaso con limonada. Se aseguró de ponerle suficiente hielo.
Al terminar la labor, finalmente pudo disfrutar del primer sorbo de la refrescante bebida. Por lo que decidió regresar a su habitación para volver a su videojuego.
Lo que no esperaba al atravesar la sala, era ver a su hermano aún en el salón conversando con su hermana mayor. Usualmente Viktor pasaba a saludar y se iba rápido, pero esta vez ha estado toda la mañana con Aleksandra conversando quién sabe qué. Y Aleks sabe que cuando esos dos se ponen a charlar de forma extendida, es porque hay problemas.
Con disimulo, se colocó detrás de una de las columnas de la sala y decidió parar la oreja sin éxito. Se dio cuenta que no podía escuchar absolutamente nada, por lo que sospechó algo.
—Joder...—se quejó al confirmar lo que temía: Su hermano estaba usando lenguaje de señas con su hermana mayor, en vez de hablar. Viktor no quería hablar de algo en voz alta, aún cuando Ale tenía puesto su aparato.
El rostro de Aleksandra se iluminó por un momento y luego se echó a reír, a lo que su hermano respondió con una expresión algo avergonzada.
Ahora sí que Aleks estaba muy confundido. Sabía que debió tomar más en serio las lecciones de lenguaje de señas cuando su padre y su hermano se lo dijeron. Le sería muy útil en estos momentos.
De repente, una vocecilla apareció suavemente a sus espaldas.
—¿Qué estamos viendo, campeón?
Aleks se sobresaltó de golpe y pegó un grito ahogado. Logró calmarse un poco al darse cuenta de quién se trataba.
Un hombre mucho más alto que él, cabello rubio cenizo, ojos celestes y lentes. Muy bien parecido y con una sonrisa serena que decía que no iba a revelar su secreto.
—Nikolai, casi me provocas un ataque al corazón
—Lo siento, je,je... ¿Qué tanto haces? ¿Espiar conversaciones de adultos?
—Nada, que Ale y Viktor tienen como 40 minutos hablando de quién sabe qué y no puedo evitar preocuparme.
—¿Quieres que te ayude?
—No, no, no. No les vayas a decir, ya sabes como es mi hermano
—Descuida, confía en mí—tocó la cabeza del chico con suavidad y decidió entrar a la escena con naturalidad—Buenas, buenas
—Nikolai—lo notó el violinista
—Viktor, qué sorpresa verte por aquí
—Eso te digo yo. Casi nunca coincidimos ya.
—Me ha tocado rotar en el turno de noche en el hospital
Aleksandra miró a su marido con una sonrisa y lo saludó con un beso corto en los labios para luego señalar algo con sus manos.
—Estoy bien, mi amor, descuida. No estoy tan cansado, todavía.
Viktor los contempló sonriente. Siempre que era testigo de lo amorosos que eran su hermana mayor y su cuñado no podía evitar sentir cierta calidez en el pecho. Se preguntó si así se sentía estar enamorado.
La hermosa mujer de largos cabellos rubios y ondulados señaló algo para Viktor con una expresión sonriente y ruborizada que iluminaba su rostro.
Antes de que el peliplateado pudiera responder con sus manos a lo que su hermana le señaló , Nikolai interrumpió en voz alta.
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Different Songs [Volkacio AU]
RomanceUnidos por un hilo y por la música, Viktor Volkov; violinista prodigio, y Horacio Pérez; talentoso guitarrista, se (re)encuentran en un viaje de tren con el mismo destino. Atados por un incidente del pasado, ninguno de los dos se imagina que el otro...