~Геракл~

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— ¡¿Qué dices, macho?! No...Tienes que estar equivocado...¿No lo estás confundiendo de persona?—El castaño de la abundante barba miraba a su mejor amigo con incredulidad en sus ojos, sin embargo la mirada grisásea de Volkov brillaba con certeza.

—Te digo que es él —insistía el ruso, alzando la voz en medio del caótico ambiente del club que aún los rodeaba.

—Hay muchos Horacio en el mundo

—¿Ah sí? ¿Y también son guitarristas?

—Siento que estás sobre reaccionando, Volkov

—Bien. No me creas. No necesito de tu ayuda tampoco —contestó claramente con tono molesto mientras se colocaba su gabardina negra de vuelta, preparando para salir del lugar

—Espera —lo detuvo Greco al posar su mano en el hombro de su amigo— ¿Y si le preguntamos? Así aclaramos el asunto.

Sin embargo, la expresión de pánico que pintó el rostro del soviético le demostró a Greco que lo que acababa de decir parecía una locura para Volkov. Su piel se volvió aún más pálida de lo que ya era, y juró que nunca había lo había visto abrir tanto sus ojos con sorpresa.

—¡NO...! —se exaltó, ahogando su grito un poco al final. Tragó saliva e intentó aclarar su voz y recomponer sus nervios —Déjalo así

—¿Pero por qué? —Greco continuaba confundido. Arqueó la ceja y enfrentó al ruso— No comprendo. ¿Me cuentas esto y esperas no hablar con él y arreglar las cosas?

Volkov quería responderle. Siempre tenía una respuesta lógica para todo, o al menos eso le gustaba pensar. Sin embargo, esta vez su mente hizo un cortocircuito. Solo balbuceaba vocablos que no pertenecían ni al inglés, ni al ruso, ni a ninguna lengua conocida por el hombre.

— Si realmente H es el niño de las audiciones al que saboteaste, ahora más que nunca es la oportunidad para que hables con él y sanar ese error del pasado que tanto te atormenta, ¿no?

Volkov suspiró derrotado. Comenzó a considerar que contarle este asunto a Greco era una mala idea. Después de todo, ¿qué entendería él cómo se sentía estar en sus zapatos? Sentirse como un impostor todos estos años por una travesura infantil que le costó su autoestima y su mal de consciencia.

—No me mires así—le reclamó el castaño—Mira que si resulta que es el mismo chico, es conveniente que hagan las paces. Porque es probable que se topen seguido. Después de todo, comparten grupo de amigos. Y ahora que vivirás en Los Santos...

Una vez más, Volkov suspiró negando levemente con su cabeza mientras terminaba de acomodar su gabardina.

—Además—agregó Greco, esta vez acercándose al ruso y dándole unos empujoncitos con el codo—Ya que te gustó taaaaaanto la presentación de su banda...pues....

Volkov se separó rápidamente del cuerpo de su amigo y le dedicó una mirada molesta. Greco lo seguía mirando con inocente malicia.

—¿Qué dices?

—Pues que nunca te había visto tan embobado por este tipo de música...bueno que digo música, por el vocalista tambi- ¡Ouch!

Y fue esta vez Volkov quien le dedicó un merecido codazo a Greco en las costillas.

Fue ahí donde Greco se dio cuenta que el, normalmente terco de su amigo ruso, no había negado que le había gustado aquella música punk, o el chico al frente de la banda tampoco. Tomó nota mental de aquello y se guardó la risilla para sí mismo

Aquella cómica escena se vio interrumpida por el entrante conjunto de carcajadas que se aproximaban a unos pocos metros de ellos.

El dúo protagonista de la noche estaba siendo escoltado por la chica de la caballera blanca mientras un grupo de fanáticos los rodeaban y chillaban sus nombres o bien, el nombre de la banda.

Different Songs [Volkacio AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora