Prólogo

994 52 4
                                    

—Atención compañeros, traen heridos desde las mallas policiales por un atraco dos, se activa código cerrado, uno de esos abatidos es él agente federal.

Víktor suspiró pasando una mano por su rostro, nuevamente Horacio no le había hecho caso y había terminado abatido. Se levantó de su asiento disculpándose con sus compañeros para poder bajar a planta uno, donde los detenidos y los agentes de ley comenzaban hacer su aparición.

Gruñó bajo cuando notó que quién traía en brazos a Horacio era Volkov.

—¿Dónde siempre, doctor?

Asintió mirando hacia la penúltima puerta antes de entrar a la sala general donde llevaban a todos los heridos. Caminó detrás de Collins para abrirle la puerta y ver como el agente dejaba al de cresta recostado en la camilla.

—Tuvo dos heridas de bala, no he podido encontrar la del hombro.

—Tranquilo, yo la veré, gracias Collins.

—Estaré viendo a mis compañeros por cualquier cosa, buen servicio.

—Buen servicio.

En el momento en que Collins salió, entró para colocar llave a la puerta.

Se acercó y quitó la mascarilla del rostro de Horacio para ver qué dormía profundamente.

—Qué coño haré contigo, H.

Se acercó al mueble para desinfectar sus manos y colocar sus guantes quirúrgicos, tomó una pinza y nuevamente se acercó para despejar un poco el área. Suspiró a través de la mascarilla para empezar a buscar la bala que estaba alojada en el lugar, cuando la encontró la quitó cuidadosamente para tomar una bolsa de plástico y dejarla allí, serviría luego como evidencia para policía. Dejo la pinza en los materiales contaminados y fue a buscar implementos para poder limpiar esa herida y cerrar con al menos un punto. Se encontraba concentrado en el proceso que no sintió cuando Horacio se quejó para comenzar a despertar. El de ojos bicolores abrió los ojos preguntándose dónde mierda estaba.

Al ver aquella luz blanca pensó que estaba en el cielo, ladeó un poco la cabeza y sonrió. Definitivamente sí estaba en el cielo al ver tan maravilloso ángel con una mirada de concentración absoluta. Se quedó ahí, embobado como las ágiles manos de Volkov limpiaba la herida

Para luego colocar un punto y que se pudiera cerrar bien, gruñó bajo cuando sintió aquel hilo en su piel.

—Vaya, ya ha despertado -Dijo Volkov sin dejar de hacer su trabajo.

—Y pensé que estaba en el cielo al ver tan maravilloso ángel cuidarme

Volkov negó con su cabeza para terminar el procedimiento del hombro e ir a ver la herida de la pierna la cual solo necesitaba ser limpiada, al menos había sido salida limpia.

—¿Sabes que me pasó? -preguntó Horacio mirándolo-

—No, solo que avisaron que los traían porque fueron abatidos en un código 3

—Joder, ese puto badulaque de mierda, cierto que rompió negociaciones cuando le disparó a la chica.

—Le llegaron dos balas, bueno está herida es menos complicada, más la del hombro no encontraban bala, se la saque al llegar acá, si se siente mareado es por la pérdida de sangre

—Me siento en la gloria al ver cómo me curas.

—Horacio...

—Ese es mi nombre, no lo gastes

Víktor negó para terminar con aquella herida, se alejó un poco para botar los materiales contaminados y luego se giró para mirar a Horacio el cuál ya estaba sentando en la camilla y con una sonrisa coqueta mirándolo.

—¿Hasta cuándo se va a colocar en peligro?

—Esta vez no fue mi culpa, lo juro -respondió Horacio levantando sus manos, más se quejó por el dolor de hombro

—Horacio, es la quinta vez en esta semana que te traen y recién estamos a miércoles.

—¿miércoles? Vaya pensé que era viernes

—Póngase serio, coño

Una carcajada salió de los labios de Horacio, cuando terminó de reír miró nuevamente al serio doctor.

—¿Por qué lo hace? ¿Por qué se pone en peligro de esa manera?

—Porque sé que cuando llegue aquí, mi doctor bombón tendrá todo bajo control.

Horacio sonrió.

Volkov suspiró.

The Nights [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora