VII

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—No vayas hacer nada estúpido y no bajes agresivamente del auto ¿Entendido?

—Sí.

Comentó para soltar un suspiro, había estacionado el carro hace algunos minutos y esperaba esa llamada.

—Voy a bajar ahora.

—Bien.

Cortó la llamada para tomar aire y comenzar a exhalarlo de a poco, debía tranquilizarse, palpó su pierna para darse cuenta que en el bolsillo de abajo llevaba su pistola. Trago en seco y abrió la puerta para bajar, no cerró la puerta del carro por si debía subirse rápidamente y salir huyendo de allí con su hermana. Caminó por aquel corto caminó para poder comenzar a bajar hacía el río que era dónde estaba Aleksandra, cuando llegó al lugar lo hizo con las manos en alto, tres fusibles le tenían apuntando su cabeza mientras que un cuarto fusible apuntaba la cabeza de la rubia la cual se encontraba bastante calmada a pesar de la situación en la que se encontraba.

—Наконец появляется сукин сын. (al fin aparece el hijo de perra)

—Мы все знаем, что они преследуют меня, а не ее. (Todos sabemos que buscan a mí, no a ella)

—Эта сука – приманка, чтобы заманить тебя так же легко, как и твоего отца. (Esta perra es un cebo para atraerte tan fácilmente como tu padre.)

Inhaló mientras veía como Aleksandra había levantado un poco su cabeza y lo miraba a los ojos, tenía miedo de que esa fuese una despedida, pero sabía que no sería la última vez, confiaba que no fuese la última vez.

—Я у них уже есть, какого черта я им нужен? (Ya me tienen ¿Para qué mierda me necesitan?)

— Я не думаю, что ты что-то должен, Волков, верно? (No creo que debas nada, Volkov, ¿verdad?)

Se quedó callado mientras una sonrisa se formaba en sus labios, una sonrisa cínica ¿Él les iba a deber algo a esos grandes hijos de puta? Claro que no, hablaban con el Volkov equivocado.

—Конечно, я должен тебе кое-что un puto disparo en la cabeza.

En aquel minuto y con la adrenalina que llevaba se tiró sobre Aleksandra para protegerla mientras los sonidos de disparo comenzaban hacer su aparición, rápidamente sacó su pistola para disparar mientras aún protegía a su hermana con su cuerpo.

—¡Viktor!

Exclamó Aleksandra, más sus sentidos estaban en disparar para poder salir rápidamente de esa situación. El último disparo que dio, fue hacia el ruso que tenía a Aleksandra apresada.

Le había dado en la cabeza.

Cuando todo acabó, salió de encima de Aleksandra corroborando que no tuviese ninguna herida. Se echó a un lado para mirar a su hermana con cuidado.

—¿Estas bien?

—Sí, sí.

—¿Segura, Aleksandra?

—Que sí, solo tengo algunos golpes, nada más.

Suspiró mientras asentía fue en aquel momento que sintió pasos hacia ellos, se tensó, pero pronto entre la oscuridad pudo divisar los chalecos azules de la policía.

—¡¿Estáis bien?!

Greco había llegado de los primeros para poder ver cómo estaban ambos, el soviético iba hablar, pero alguien se le adelantó.

The Nights [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora