XI.

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—Horacio ¿En serio?

Preguntó el médico mientras entraba a la sala dónde estaba el director del FBI recostado en la camilla por algunos impactos de bala, gracias a Dios en el chaleco.

Recién había entrado en su turno, no llevaba ni siquiera 5 minutos desde que había entrado.

—Ya te echaba de menos.
—Joder contigo, de verdad.

El mayor tomó gasas, alcohol, cremas para poder palear lo que le había sucedido a su... ¿Amigo con derecho? Y curar sus heridas.

—Llevo 5 minutos en turno y ya caes, coño.
—Esto no hubiese pasado si te hubieses quedado en casa, que ayer llegaste con fiebre, Víktor.
—No empecemos de nuevo, es por la herida en la pierna, ya pasará.

El director tiró su cabeza hacia la camilla, de verdad maldecía a Sloane por no haberle dado más días de descanso a Volkov. La puerta se abrió y un doctor conocido por él entró.

—Uy, y este guapo que llegó al hospital.
—Bueno, ya sabes, uno siempre viene a visitar a sus pretendientes. ¡Auch!

Se quejó cuando Víktor apretó un poco más la zona de la herida, Claudio sonrió para empezar a dejar material nuevo.

—Ya veo, eh, que estos días ni me has venido a ver
—Te recompensó con un café cuando salga de aquí.
—Lo estaré esperando, eh, guapo. No se me olvida.
—Claro que no, doctor guapetón.

Se volvió a quejar cuando Víktor volvió a apretar la herida.

—¿Doctor Volkov está ocupado? -Se escuchó por radio-
—10-4 ¿Qué sucede, Isa?
—Tengo acá a la agente P, yo estoy atendiendo a la agente W.
—Copiado -Contestó - Claudio, deja de flojear y ve atender a Pamela.
—Pero, yo...

Víktor giró su cabeza y fue solamente una mirada para que el doctor saliera rápidamente de aquel lugar mientras Horacio reía suavemente, Víktor siguió con su labor.

—¿Estas celoso?

Preguntó cuando vio al soviético con el ceño fruncido.

—No.
—¿Entonces por qué estás enojado?
—Porque me encanta que mi equipo no realice su labor, Hache.
—Si estas celoso -Comentó divertido-
—Que no, coño.
—Venga, y yo soy Cenicienta.
—Horacio, cierra la boca, joder.

El de cresta cerró la boca, más una sonrisa se posó en sus labios al saber que Víktor si estaba celoso y en su mente ocurrió un gran plan, si le invitó ese café a Claudio. Y claro que le llegó un mensaje de Volkov con una carita sonriente y un bloqueo de sus contactos.

El soviético suspiró pasando una mano por su cabello, recién había dejado ir a Greco ya que el hombre había llegado al hospital porque se le había olvidado desayunar y almorzar, la fatiga en aquel allanamiento de morada le había jugado en contra.

Estaba cansado, no lo iba a negar y aún le faltaba casi 3 horas para poder acabar turno. La noche la hacía compañía en aquel silencioso hospital. Iba por un café cuando su alarma sonó, sacó su celular para poder, era una ubicación y un "código gris" ¿Qué cojones había pasado? Sí Claudio había ido a la alerta del FBI con Isabella y Sloane-

—¿Volkov? -Se escuchó por radio-
—¿Qué sucede, doctora Sloane?
—Te necesito rápido en la ubicación, te fueron a buscar en helicóptero, sube al helipuerto.
—10-4.

Su estómago se tensó, solo esperaba que ese código gris no fuese Horacio. Corrió para poder subir el ascensor, cuando las puertas se abrieron, el helicóptero del FBI se había posado sobre las baldosas del helipuerto.

The Nights [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora