VIII

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—Vamos a entrar en 3...2...1 ¡Ahora!

Una patada a la puerta y entraron rápidamente al lugar dónde comenzaron los disparos sin esperar, no iba a negar que Bratva tenía armamento para poder atacarlos, pero ellos tenían el cerebro y el conocimiento de lo que podían ser sus próximos movimientos, los tenían casi atrapados.

Abatieron a todos en el lugar, fue ese momento que se quitó su casco GEO para poder observar la estancia, habían destruido muchas cosas de ese departamento.

—Joder.

Murmuró tomando un marco de foto desde el suelo dónde se lograba ver a una adolescente rubia y dos rubios más, uno más alto que ella y el pequeño estaba entre sus brazos, acaricio el rostro de Volkov en aquella foto con cuidado. Le dolía muchísimo que tuvieran que perder su hogar así, pero no podía dejarles volver ahí.

—Aquí FBI para LSMS consulta ¿El doctor Nikolái viene con ustedes?

—10-4, agente.

—Muchas gracias.

Se incorporó del suelo para poder seguir caminando, entró a una habitación y por el olor supuso la que era de Víktor, debía sacar lo que más pudiese de pertenencia de ahí.

—¿Te ayudo hacer su bolso?

Se giró y una sonrisa apareció en sus labios para asentirle a Greco.

Pondría a salvo a los hermanos Volkov.

Pasó una mano por su cresta húmeda mientras tomaba aire, golpeó aquella muerta con el número 1731, la abrió lentamente para dejar ver solo su cabeza, Aleksandra se encontraba en la habitación sentada con un libro en sus manos, tenía vendas en sus brazos y se notaba bastante cansada.

—¿Puedo pasar?

La rubia levantó su cabeza y asintió con una pequeña sonrisa, el chico entró para poder cerrar la puerta tras de él

—¿Aún no despierta?

—No, pero ya le llamó en sueños.

Comentó la rubia con una pequeña sonrisa, sus mejillas se tornaron rojas y tuvo que mirar a otro lado para que su cuñada no pudiese verlas, aunque Aleksandra si notó eso, claro que sí.

—Señorita...

—Aleksandra, o Leksa, ya le dije Horacio.

—Bueno...Alek ¿No deberías de ir a descansar? Se nota bastante cansada.

—Sí, solo que no he querido irme de su lado, por si despierta y no se encontrará solo.

La puerta nuevamente se abrió y por ella entró un hombre alto, rubio y con anteojos.

—Oh, Horacio, no sabía que habías venido, pensé que te ibas a descansar ya.

—Bueno, quise pasar a ver cómo estaba el bello durmiente.

Nikolai soltó una suave risa para acercarse Aleksandra y regalarle un beso en la frente que hizo sonreír a Horacio.

—принцесса ¿No deberías de estar descansando ya?

—Estaba preocupada por ustedes y no quería dejar a mi Víktor solo y que despertará solo.

—Alek, ha sido un día de muchas emociones y tú también estás heridas, vamos a descansar

—¿A tu apartamento?

Nikolai asintió mientras Aleksandra tomaba aire y miraba a Víktor dormir, no quería dejarlo solo, Horacio entendió con esa mirada lo que ella quería.

The Nights [Volkacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora