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El policía en turno hacía un rondín por las celdas, viendo con cuidado a todos los prisioneros. Estaba tan tranquilo, recibiendo uno y mil insultos por parte de los reos. Era común para él que eso sucediera, eran criminales y el odio era mutuo. Así era como se manejaba. Al dar la vuelta a un pasillo, notó que el suelo fuera de la celda estaba lleno de un líquido rojo. Eso lo alarmó. Con pasos lentos se encaminó hasta la celda viendo como uno de los reos estaba en el suelo desangrandose.

Llamó a sus compañeros por el radio, abrió la celda con rapidez, y a los minutos llegaron sus compañeros para saber lo que estaba sucediendo. Se creando un caos dentro de la cárcel, y aunque era normal que accidentes ocurrieran de ese modo, debían encontrar al culpable en ese momento. 

Aunque el verdadero culpable estaba siendo trasladado a otro lugar aprovechando el alboroto de la gente. Se subió a un auto de policía y fue llevado a otro lugar lejos de la cárcel. Llegó, después de una hora de viaje, a una bodega abandonada a fuera de la ciudad. Fue recibido por su mejor amigo y un hombre con más de cuarenta años. El hombre le extendió los brazos, y él solo tenía una sonrisa en su rostro.

—Cumpliste con lo prometido, Wonwoo. –comentó su amigo una vez el abrazo fue finalizado–. Al fin tienes tu libertad.

—Recapacité durante los días que estuve encerrado, tienes razón Jonghyun, fui demasiado egoísta al cometer imprudencias.

—Espero que ahora no lo vuelvas hacer, ¿de acuerdo?

—No lo prometo.

Stockholm's Painting - Meanie [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora