EXTRA: PRIMERA VEZ.

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¿Había alguna forma de no estar nervioso?

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¿Había alguna forma de no estar nervioso?

Sabía que no. Si al menos hubiese pedido un consejo a alguien... pero "eso" no era un tema que pudiera tratar con cualquiera. No desde luego con Hyo Ri. De sólo imaginar como se pondría... Dios, tal vez se emocionaría como si aquella fuera su primera vez y no la mía. Y a todo eso, ¿mi gemela se habría emocionado cuando ella y Huening Kai...? Pero era demasiado pudoroso y vergonzoso como para preguntar.

Si tan sólo Beom Gyu estuviese en Corea... a él sí seria capaz de pedir un consejo. Él y Tae Hyun eran una pareja formal, su experiencia podría serme de ayuda.

—¿Binnie?

La voz de Yeon Jun fuera del baño me había hecho dar un salto.

Nos hallábamos en su departamento. Después de hablar de ello, después de meditarlo, habíamos decidido que era hora de hacer el amor. Yeon Jun jamás me mintió. Desde la tarde que, estando mirando inocentemente una película en mi casa, me había dicho lo mucho que me deseaba, me había dicho exactamente lo que quería hacer conmigo. Lo que sus labios, sus manos, su lengua, sus dedos y su pene harían conmigo.

Y sería una mentira si dijera que yo mismo no había pensado en ello. Desde que Hyo Ri, en plena pelea con Tae Hyun, le gritara que el hecho de metérsela a su hermano no le daba ningún derecho a inmiscuirse en su vida familiar.

Y eso me hizo cuestionar muchas cosas.

¿Querría Yeon Jun "metérmela" a mí? Y cuando finalmente me pidió tener sexo no pude negarme. No cuando yo también lo deseaba.

—Si no estás listo —siguió hablando mi prometido al otro lado de la puerta, mientras yo observaba mi reflejo en el espejo de su precioso baño —podemos dejarlo para después. No importa, bebé. Sal y ordenemos comida. ¿Te apetece pizza?

Pero sólo había una cosa que me apetecía en aquellos momentos y era él. Llevábamos dos años como novios oficiales, con un matrimonio esperando en nuestro futuro y a lo máximo que ambos habíamos llegado era a... besarnos de lengua y acariciar nuestros muslos por encima de la ropa. Ni sexo oral ni masturbación mutua.

Hyo Ri decía que éramos una pareja aburrida y sosa.

Y probablemente tenía razón.

Abrí la puerta del baño, encontrándome de frente con Yeon Jun, el hombre más apuesto, dulce, valiente y comprensivo que existía en el mundo. El hombre del cual me había enamorado cuando había tomado el lugar de mi gemela; y el cual siempre había estado enamorado de mí sin saberlo.

—Soo Bin. ¿Quieres té frío o...?

—A ti —interrumpí —te quiero a ti. Estoy listo para hacerlo.

—No quiero forzarte. Podemos esperar hasta después de la boda.

—No quiero esperar —me mordí el labio inferior y rodeé su cuello, pegando mi cuerpo al suyo tanto como podía—. Te deseo, Yeon Jun, quiero estar contigo.

GEMELOS - YEONBIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora