πέντε 3

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I'm a little curious pt.3

Rezé por qué el resultado saliera negativo.

Mis manos temblorosas y sudadas no podían sostener nada a parte de mi móvil. Nunca deje de llamar a Jeongguk, necesitaba algo más que un adiós, lo necesitaba a él.

El pitido que indicaba que estaba siendo grabada por su contestador sonó, así que deje el mensaje:.

- Jeongguk, debemos hablar, yo te quiero a ti, no he querido nada más en este tiempo, solo a ti. Porfavor contestame y hablémoslo, esto me está matando.

Pulsé la tecla de colgar y puse fin a la grabación.

Con mi otra mano, ahora más tranquila, cogí el test de embarazo que me había echo, por consiguiente miré el resultado con temor.

Suspiré.

Miré a todos lados como si quisiera compartirlo con alguien más.

Positivo.

De pronto, comencé a llorar. Las lágrimas no cesaban, y mi alegría cada vez iba a más.

Volví a marcar su número, pitó varias veces, de nuevo mandándome al contestador.

Salí del baño y decidí volver al local. Necesitaba verlo, explicarme y decirle que tendríamos un bebé.

Cogí las llaves del coche y conduje hasta la discoteca.

Allí, busque a Jeongguk pero no le vi, al desconocer su paradero, me acerqué a una chica recepcionista , y le pregunté.

- Hola, perdona, ¿Sabes dónde puedo encontrar a Jeongguk? -dije.

- ¿Jeongguk?, Dejó el trabajo -añadió.

Salí corriendo del lugar, y me paré en la calle.

La última vez que nos vimos, me invitó a su departamento, solo debía ubicarme y podría verle.

Comencé por caminar en la dirección por la que esa noche fuimos. Después de 20 minutos andando, conseguí ubicarme.

Recordaba una de las señales y un cartel. Delante mía, veía el recordado cartel, pero la señal no. De echo, aquella señal estaba plasmada en la puerta del edifico de Jeongguk.

Me acerqué a cada puerta del complejo de edificios, ninguno igual, pero cuando comenzaba a tirar la toalla, en el último edificio, vislumbre aquella señal. Corrí hasta pararme en la puerta y abrí la misma.

Me encontré con un recepcionista que me dejó pasar al momento. No añadió nada.

Pero cuando, al coger el ascensor, llegué a su piso, vi como una gran cantidad de cajas, descansaban en el portal.

Rápidamente caminé hasta la puerta, donde vi a un Jeongguk cogiendo y sacando cajas.

Al verme, paró, mientras nos mirábamos sin articular palabra.

- ¿Que haces aquí? -preguntó.

- Jeongguk, debemos hablar. -dije acercándome a él.

- Solo te pedí una cosa, y ni siquiera la puedes cumplir.

- Jeongguk, ha pasado un mes, y no has contestado mis llamadas, de verdad, necesitamos hablar. -dije.

- Me mudaré. -dijo sacando más cajas.- quiero cambiar de aires.

- ¿No me quieres ver? -pregunté adolorida.

- Nunca debimos vernos después de la primera vez, pero tú insististe -dijo.

- Tu comenzaste, no me eches la culpa. -dije comenzando a molestarme.

- Y me arrepiento. -añadió.

Suspiré, y deje salir toda la rabia que estaba acumulándose en mi.

- Jeongguk, no es tan fácil, -dije- nosotros... -fui interrumpida.

- No hay un nosotros, nunca lo ha habido, ¿En enserio? Solo nos hemos visto tres veces y las tres han sido para compartir cama, no puedes quererme así de la nada. -dijo.

- Jeongguk, estoy embarazada. -solté. - Y no espero nada de ti, simplemente quise decirtelo,   y que sepas, que puedo amar a quien yo quiera, y si mi corazón te ha elegido a ti, no se porque está mal. -añadí antes de subir en el ascensor.

No hubo momento para decir nada más, Jeongguk en estado de shock, comenzó a golpear la puerta del ascensor cuando está se cerró.

Pasaron varias semanas en las que necesité ayuda, en mi corazón había un vacío enorme, y no podía dejar de pensar en eso.

Una tarde, decidí, porfin dar un paseo. Acomodé mi abrigo y subí al ascensor.

En cuanto el ascensor me dejó en el primer piso, al abrirse las puertas, Jeongguk estaba ahí.

Nos miramos por varios segundos, antes de yo, salir del ascensor.

- Lo siento -dijo mirándome.

- Yo también. -dije.

- ¿Podrías darme una oportunidad?- preguntó.

- Jeongguk, no necesitas una oportunidad. -dije saltando a sus brazos.

Jeongguk me abrazó fuerte, sin soltarme besó mi cabeza y me levantó en volandas por el pasillo de la salida.

Ambos sonreímos cuando nos separamos, y después entramos en el ascensor de nuevo.

Aquella tarde fue de las mejores de mi vida, sonrisas, besos, caricias, todo con amor y con el corazón. Sin obligaciones.

Cuando pasaron poco más de dos meses, Jeongguk y yo decidimos irnos a vivir juntos.

Mi tripa todavía no se notaba mucho, pero se veía un pequeño bultito. Él no dejó de cuidarme en ningún momento, nos mimaba cada vez que nos veíamos.

- Cariño, ¿Crees que cuando el bebé nazca podríamos tener otro? -preguntó mientras besaba mi tripa.

- Jeongguk, a penas tiene cuatro meses, ¿Deberíamos estar pensando en eso ya? -dije.

- No creas que esto se me olvidará cuando nazca. -dijo.

Bufé divertida, acurrucandome en su desnudo pecho.

- Jeongguk, creo que te amo. -susurré en su oído.

- ¿Crees? -preguntó mientras me abrazaba.

- Si, por lo que me has demostrado, creo que sí. -repuse.

- ¿Me amas mucho? -preguntó.

- Quizás.

Y bajo el atardecer de un día cualquiera, prometimos amarnos hasta que alguno ya no estuviera en este mundo, como esas típicas promesas en las que juras amar a tu pareja, promesas, en las que sabes que aunque haya momentos buenos o malos, nunca dejarás de amar incondicionalmente a esas personas a las que juras proteger y amar por el resto de tu vida.

Jeon Jungkook [One Shots +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora