Jeon Jungkook [One Shots +18]

Αριθμοί

You're exciting boy come find me,
You're eyes told me "girl come ride me"

Con pereza, me removí entre las suaves sábanas, estiré el brazo para tocar el cuerpo de mi amante, pero noté el sitio vacío.

Fruncí el ceño cuando abrí los ojos y no le vi, segundos después me destapé y cogí una de sus camisas, para ponérmela junto a unas bragas.

Lo encontré mirando el amanecer en la terraza de mi apartamento, en sus manos una taza de café, y su cuerpo semidesnudo.

Con los pies descalzos me acerqué y abracé su fornido cuerpo con mis brazos.

Buenos días Kookie -dije, dejando un beso en su ancha espalda

Suspiró para girarse sobre sus pies, y hacer que ahora mi cuerpo abrazara su frío pecho.

Bueno días preciosa -dijo besando mi cabeza.

Una de sus manos viajó desde mi hombro hasta dar un ligero apretón en mi trasero por encima de la camisa.

Te ves preciosa con mi ropa -dijo acercando su cara a la mía, para darme un fugaz beso.

¿Porque no entras? -dije somnolienta.

No tengo sueño, además, creo que debería irme ya -dijo acariciando mis mejillas.

Pero Jeongguk, dijiste que te quedarías hoy -dije haciendo un pequeño puchero.

Nena, tengo mucho trabajo, quizá otro día ¿vale? -dijo besando mi cuello.

Me separé y entré a la habitación seguida de el.

Amor, -cogió mi mano- no te enfades.

Quiero dormir Jeongguk -dije cabizbaja metiéndome en la cama.

Sin dudarlo, Jeongguk abrazó mi cuerpo por encima de las sábanas y comenzó un masaje en mi cintura.

No te enfades conmigo nena -dijo sobre mi oído, con esa voz tan seductora suya.

Debes ir a trabajar -giré mi cuerpo para estar frente a frente.
O te puede quedar conmigo follándome hasta que te canses-dije ocultando mi rostro en su cuello e impartiendo besos húmedos.

Gruñó con ansia, mientras sus manos apretaban mi trasero y me apegaba todo lo que podía a su cuerpo.

Sonreí en su cuello mientras soltaba pequeños gemidos, y seguía besándolo.

Jeongguk cogió mi cintura y me alzó para quedar en su regazo, el tumbado en la suave cama.

Empecé un suave vaivén sobre su dura hombría, gruñía y soltaba maldiciones, cuando apretaba lo suficiente nuestras intimidades.

Uní sus labios a los míos, en un desperado beso, su lengua jugaba con la mía, en una sucia batalla.

Sus manos desataban los botones de su camisa, la cual yo llevaba. Mis manos jugaban con el elástico de sus boxer Calvin Klein.

Gruñó cuando saque su pene y mi mano lo masajeó. El líquido preseminal que su hombría soltaba volvería loca a cualquiera, incluso a su mujer.

Arrojó su camisa a cualquier parte de mi habitación, mientras sus manos se entretenían con mis senos, a los cuales, brindaba besos, caricias, mordiscos y apretones.

Solté un gemido y me removí contra el cuando chupó uno de mis senos y brindó un mordisco lo suficientemente fuerte para dejar una marca en mi sensible pezón.

Sonreí con victoria cuando supe que había vuelto a caer. Desde luego el trabajo podría esperar.

Me levanté de mi sitio lo suficiente para bajar sobre su cuerpo y sentarme sobre sus rodillas.